«Un intermezzo es efectivamente una jugada de ajedrez, más conocida como zwischenzug. Se refiere a una táctica en la que un jugador aplaza el movimiento previsible, generalmente montando un ataque y forzando a su oponente a responder, antes de que la jugada esperada continúe. Y en música, es un interludio entre dos piezas más largas. Me ayudó a considerar este periodo en las vidas de los personajes como una especie de intervalo. Por otra parte, supongo que la vida misma es un intervalo: muy breve y de significado incierto».
La escritora irlandesa Sally Rooney (Castlebar, 20 de febrero de 1991) habla así a propósito de su esperada y última novela Intermezzo, que vio la luz en el último trimestre del año y que es, sin duda, una de las novelas destacadas de este 2024 que termina, una candidata excelente a entrar en la lista de peticiones de Sus Majestades. Publicada en catalán por Edicions del Periscopi, con traducción de Ferran Ràfols; y en castellano por Random House, traducida por Inga Pellisa.
Los personajes son los hermanos Koubek, Ivan y Peter, por primera vez dos protagonistas masculinos en la obra de la irlandesa, aunque rodeados por Sylvia, por Margaret, por Naomi, por las mujeres de sus vidas. Ambos acuden al funeral de su padre. Ivan, el pequeño, solitario y con dificultades para actuar con normalidad en las convenciones sociales, un jugador de ajedrez, pura observación, un bicho raro, como lo ve su hermano Peter. Este, el mayor, socialmente triunfador, un hombre de éxito, abogado litigante. Ambos distanciados, recelosos el uno del otro.
«Es justo decir que a pesar de que todos los acontecimientos que describo en mis novelas son ficticios, mis personajes tienen mucho en común con su creadora, me guste o no», comenta Rooney al también escritor Chris Power. Incómoda en las promociones de sus criaturas, la autora solo dio dos entrevistas a medios anglosajones, por lo que Random House y Edicions del Periscopi facilitaron un cuestionario entre ambos autores encargado por la editorial Faber.
Título: Intermezzo
Autora: Sally Rooney
Edita en castellano: Random House
Edita en catalán: Edicions del Periscopi
Traducción en castellano: Inga Pellisa
Traducción en catalán: Ferran Ràfols
Por lo que respecta a Ivan, explica que ella misma «encontraba que la vida social era absolutamente desconcertante hasta que tuve poco más de veinte años. Es probable que me refugiara en los libros e Ivan lo hace en el ajedrez». El contrapunto es Peter. «Estaba leyendo Ulises cuando empecé a escribir sobre él. Supongo que Intermezzo, en global, se podría leer como una especie de tributo a la obra de Joyce». Pero no solo Joyce, también le influyeron Los hermanos Karamazov, de Dostoievski o Hamlet, de Shakespeare.
Palabras no dichas
La de Intermezzo es una historia hecha de malentendidos y silencios, de palabras no dichas, de pensamientos. Es en la introspección de los personajes, en sus cavilaciones, en sus reflexiones cómo el lector llega hasta ellos, hasta su interior. En la sociedad de la inmediatez, de las prisas y de la ausencia de escucha, la novela de Rooney representa una pausa, un sosiego de palabras. Una serenidad desde la que la autora aborda las cuestiones más acuciantes de la sociedad, así como el peso de la tradición, de la culpa, el remordimiento, la vergüenza, todo un legado histórico del que es difícil despojarse.
Peter tiene una relación con una mujer más joven, Naomi, mientras continúa indefectiblemente unido a su ex, la Sylvia. Al contrario, su hermano Ivan tiene una relación con una mujer 14 años más mayor, diferencia de edad que a ella le provoca pudor, sofoco, sonrojo. Pero no tanto por ella misma como por los demás, si llegaran a enterarse. «Margaret, en una pequeña ciudad, brega sin duda con sentimientos de miedo y vergüenza relacionados con la desaprobación social. Pero también le ocurre a Peter, que vive en Dublín y se mueve en un entorno muy cosmopolita», responde Rooney a Power. Unos sentimientos en conflicto, los de Margaret, relacionados con su cultura, la tradición social y religiosa. «Margaret no es el único personaje en la novela con sentimientos encontrados», manifiesta Rooney, quien añade que «es complicado saber si sus reservas sobre su relación con Ivan son de naturaleza moral o social. Margaret sabe que la gente puede desaprobar su relación y la idea la angustia. Pero también se pregunta si su desaprobación está fundamentada en la verdad moral. Y esto tiene sentido. Encuentro muy interesante estas conexiones entre nuestro pensamiento ético y nuestras vidas sociales. Vivir en comunidad con otras personas siempre es complicado».
Ambos hermanos asumen la muerte de su padre a su manera. También el éxito y el fracaso, el paso de los días. A pesar de su juventud, para Ivan hubo tiempos mejores en los tableros de ajedrez. Tampoco Peter es todo gloria, tiene pensamientos suicidas. Salud mental y desequilibrios puntuales. «La locura tiene una historia muy rica en la literatura. La enfermedad mental siempre ha estado presente en el canon literario. No obstante, mis personajes, aunque no son modelos de bienestar psicológico, precisamente, son bastante moderados».
Intermezzo imbrica las experiencias de Ivan y Peter, de Sylvia, de Naomi y de Margaret, en un relato delicioso y duro, a partes iguales, hasta la escena final. Una novela para saborear siempre y para regalar esta semana, que se presta a ello.