El hombre es el animal que tropieza (y varias veces) sobre la misma piedra. Y no hay ninguna cuyo golpe sea tan terriblemente doloroso como una guerra. Pérdidas, sufrimiento, destrucción, odio, deshumanización, muerte, hambre y sed, venganza, miedo... ¿aún a estas alturas tenemos que plantearnos si ganamos algo con una guerra?
Sánchez-Garnica se quedó a las puertas del Premio Planeta 2021. Aunque, una vez leídas tanto el ganador (La Bestia de los Carmen Mola) y la finalista, sin duda me quedo con la última. Presentada en los premios bajo el acertado título Hijos de la ira y con Paloma Sánchez-Garnica con el pseudónimo Yuri Zhivago (nombre de pila que además comparte con el protagonista de su última obra), narra la dolorosa vida de Yuri Santacruz Mijáilovich a lo largo la historia contemporánea de nuestro viejo continente. A través de la reconstrucción de su historia familiar, hacemos una visión panorámica completa del comunismo en la Rusia de Stalin, pasamos sobre pequeños detalles de la guerra civil española y vivimos de pleno el terror una Alemania nazi, doblegada a los impulsos y las ideas macabras de Hitler. A través de Yuri, de padre español y madre rusa, pasearemos por la Europa de los totalitarismos.
Nacido en el feliz seno de una familia acomodada, el final de la infancia de Yuri se complica sobremanera a causa de la Revolución bolchevique. Sus padres lo pierden todo y deciden escapar de la nueva Rusia de 1917 para salvarse... pero acaba siendo un plan irrealizable para todos, algo que romperá sus almas para siempre.
Tras una adolescencia en el país de origen de su padre, Yuri decide dejar España y a sus seres queridos para instalarse en Berlín. Allí consigue trabajo como ayudante de un buen amigo de su padre, Erich Villanueva, miembro de la embajada española de la ciudad alemana. En esa época, Adolf Hitler es nombrado canciller, la semilla de la locura y devastación nazi. Una noche, Yuri se lanza a defender a un joven que estaba siendo apalizado por las tropas de asalto hitlerianas y, con los golpes, conoce a Claudia Kahler... el amor de su vida. Pero entonces el horror justo acababa de comenzar.
La narración de Sánchez-Garnica es, además de muy certera, adictiva, aunque haya páginas que se le atasquen a una en la garganta y en el corazón. Y quizá, el pequeño error en una novela tan larga como intensa es precisamente el final. Se me antojó un adiós sesgado, rápido y menos detallista que en otros pasajes. Pero, sin duda, es un libro sublime.
Últimos días en Berlín
Autora: Paloma Sánchez-Garnica
Editorial: Planeta
Páginas: 648