Una creadora que plasma en zapatillas de deporte blancas –como si de un lienzo se tratara– todo tipo de ilustraciones, ya sea de personajes de dibujos animados o películas. Eso es lo que hace Anna Jové (30), de Castellvell del Camp. La originalidad y la personalización al detalle son el ADN de su trabajo, que también difunde con éxito en redes (@annastyle2020).
Anna Jové es polifacética. Aparte de dedicarse a la ilustración y tener formación musical, fue directora deportiva en el CN Reus Ploms. Allí, «tiempo atrás», ejerció de «directora de lleure y monitora». Por otro lado, es seguidora de las películas de la productora japonesa Studio Ghibli. A su parecer, «educan y explican las cosas de forma diferente».
Se describe como una creadora de sueños, ¿cómo surgió?
Un día me compré unas zapatillas blancas y las vi muy sosas. Siempre me ha gustado la ilustración y se me ocurrió añadirle color. Antes, quise informarme de qué materiales podía usar para lograr un buen acabado, pues si las quería poner a lavar, quería que los dibujos quedaran intactos. Al hacer la prueba y ver que sí, que las zapatillas sobrevivían a la lavadora, me dije haré más. Y, lo de creadora de sueños, lo digo porque hago realidad lo que me piden en unas zapatillas, siempre dándole una vuelta a la petición con algo original. Una vez, me pidieron que dibujara a Wally, y creé una ilustración en la que el cliente tuviera que ponerse a buscar al personaje.
Le siguen más de 34.000 personas, aproximadamente, ¿cómo se llega hasta aquí?
Fue a raíz de que empecé a colgarlas, por afición, en Instagram. Lo hice sin ninguna pretensión, solo porque estaba contenta con el resultado. Pasó una semana y empecé a acumular seguidores y a recibir mensajes privados en los que me hacían pedidos. Me sorprendí. Pasó el tiempo y he llegado a vender por toda España.
¿Abruma tanto seguidor?
Siempre he sido muy celosa de mi intimidad y con una cuenta pública siempre se te exige más. La comunidad, por otro lado, te suele pedir más, también. Yo no mostraba ninguna foto mía al principio, solo zapatillas y lienzos y hay seguidores que me han pedido que me mostrara en una foto con las zapatillas, para presentarme. Siempre dejo claro que es una cuenta profesional, que muestro a lo que me dedico. Voy con cuidado, aun así, y pongo límites.
¿Ahora vive de la ilustración?
Sí. He convertido personalizar zapatillas en mi trabajo. Es una ocupación que me permite conciliar, tengo tres hijos. Es una forma de ganarme la vida, que casa con algo que me llena, que es ilustrar, y lo positivo es que no hago ninguna creación igual, todas son únicas y esa es mi norma. Las vendo, además, a precios asequibles, con lo que todo el mundo puede tener las suyas y el asunto va funcionando, va entrando trabajo.
¿Cuántas zapatillas ha hecho?
En tres años he customizado 500 en total e invierto en cada una, según el diseño, el tiempo que convenga. Estoy un mínimo de ocho horas para todas, eso sí. Ahora mismo, al entrar en fechas de Navidad, tengo lista de espera de alrededor de 40 personas que quieren su par de zapatillas personalizadas especialmente para estas fechas.