Cómo me encanta hablar de los restaurantes de cocina tradicional marinera, y como me gusta hacerlo de los que se encuentran en Cambrils! Discúlpenme si barro para casa, pero nos encontramos en plena vorágine de apertura de nuevos locales gastronómicos, a día de hoy el que no sabe qué negocio abrir seguro que se decanta por la hostelería, y que en su mayoría son calcos los unos de otros, auspiciados por novatos del sector que deciden por cuenta y riesgo dedicar más tiempo a las redes sociales que a los propios fogones.
¡Pues que ‘collons’! Un servidor se declara fan incondicional, ríase usted de swifters o bievers, de esos restaurantes que mantienen el rumbo fijo en la cocina ancestral. Cocina, que no olvidemos, és la que entronizó en su día a Cambrils como capital gastronómica de la Costa Daurada.
Señores disfruten de ellos que cada vez quedan menos; y de todos hay uno que parece tener cuerda para rato: Les Fonts de Cambrils, en la Calle Colón número 1.
Les Fonts nace en el año 2000, cuando Victoria y su marido Tino después de cuatro generaciones y treinta años faenando como patrón en el mar y ver el futuro de la pesca más negro que el fondo de armario de Batman; deciden hundir su barca, con todo el pesar del mundo que ello supone, para abrir un pequeño establecimiento donde servir los platos que elaboraban a bordo.
Y después de veinticinco años aquí siguen, con la inestimable ayuda de la siguiente generación representada por su hija Laia y Adán, una pareja que destaca por su profesionalidad y que aportan fuerza e ilusión al proyecto.
La consigna es clara, recetas de siempre y frutos de casa. Con solo decir que a día de hoy Tino compra el pescado directamente de la lonja cambrilense, presentándose todas las tardes a la subasta. Y añadir que cada año es uno de los pocos establecimientos reconocidos y premiado por la Cofradía al comprar el pescado directamente.
Pero al lío, les Fonts nos presenta dos menús, el primero de ellos con un precio de diecisiete euros, en el que podemos escoger de entre cinco entrantes y tres principales, con el postre incluido; y un segundo menú, más completo por treinta y tres euros.
Aunque la esencia del restaurante la encontramos en la carta, donde esa cocina marinera logra su máximo esplendor a manos de Victoria. Una cocina sin pretensiones en que lo apuestan todo a la calidad y a la cantidad del producto.
Una carta en la que no se olvidan de ningún fruto del mar y en la que escoger nos resultará más complicado que hacerle un jersey a un pulpo. Pero si me dan a elegir, me quedo con la sepia, de tamaño mediano tirando a grande y alioli de mortero, decir que actualmente son muy pocos los restaurantes que se dedican a hacer esta salsa con el método tradicional.
Solo por ello ya vale la pena venir a les Fonts. Y sin duda alguna los arroces. Protagonistas indiscutibles de la película, pudiendo escoger de entre más de quince variedades. El arroz ‘socarrat’ con cigalas y pulpo de roca es una elección original por las dos cocciones que necesita el plato a la par del sublime sabor que aporta el marisco y el fumet casero que sirve de base para todos los arroces y fideuá.
Les Fonts es un faro para aquellos amantes de la cocina ancestral, un restaurante que mantiene viva la tradición marinera, en el que cada bocado es una ventana a un pasado que sin duda fue mejor.