No hay un referente más autorizado en la música contemporánea que el maestro, intérprete y director Jordi Savall, que ha elegido los escenarios de Poblet, Montblanc y Santes Creus para establecer un festival que ha alcanzado prestigio internacional, sobre todo en el viejo continente. El certamen ofrece actuaciones de artistas con recorrido, además de los principales conjuntos musicales creados por el maestro Savall.
El evento permite al público vivir y sentir una experiencia sensorial inolvidable a través de la música en espacios milenarios y tan singulares como el Reial Monestir de Santes Creus, la ciudad de Montblanc y el Reial Monestir de Poblet.
El Jordi Savall regresa este mes de agosto, concretamente desde hoy hasta el 18, y presenta un programa de conciertos con músicas que van desde la Edad Media hasta la música contemporánea, así como los repertorios propios de diversas tradiciones musicales.
Cuenta con la participación de los conjuntos musicales fundados y dirigidos por el maestro Jordi Savall, que son Hespèrion XXI, La Capella Reial de Catalunya, Le Concert des Nations y Orpheus 21, además de músicos internacionales invitados, la celebración de conferencias y la promoción de jóvenes propuestas emergentes. El cartel de este año lleva la firma de la artista japonesa Rina Ota y se convierte en una ventana abierta al mundo y a su diversidad cultural bajo el lema A la convivencia. Se trata de la cuarta edición de esta propuesta. Kristian Herbolzheimer, director del Institut Català Internacional per la Pau, escribirá y leerá el manifiesto inaugural del festival.
El estreno
El concierto inaugural se llevará a cabo hoy (22 horas) y está dedicado al amor. Intactvs responde a un conjunto icónico en la interpretación de la música medieval y del renacimiento. En esta ocasión, propone un espectáculo de gran belleza e intimidad que explora las diferentes manifestaciones del amor a la música italiana del siglo XIV: desde la profunda devoción espiritual de las laudo marianas contenidas en los manuscritos de Cortona y Florencia, al amor cortés de las baladas de Francesco Landini o las composiciones anónimas del Códice Rossi. Bajo el título, Amor mi fa cantar, el show se celebrará en la Església de Sant Francesc de Montblanc.
Por otro lado, el virtuoso violín de Alfia Bakieva se ha postulado como uno de los grandes atractivos del cartel que se ha diseñado para la edición de 2024. Concretamente, el miércoles (19.30 horas), Alfia y su hermana Aliya estarán al frente del Ensemble Ekiyat para ofrecer un concierto de músicas tártaras. El Monestir de Santes Creus acogerá esta aparición esperada por el público.
Antes, mañana, a partir de las 22 horas, la ORPHEUS 21 – HESPÉRITON XXI interpretarán, bajo la dirección de Jordi Savall, un homenaje a Marco Polo. Este año se celebran 700 de la muerte de Marco Polo (1254-1324). El primer gran viaje del veneciano se inició en 1271, con solo 17 años y acompañado de su padre. Esta aventura se explicará en este concierto que permitirá escuchar los sonidos y músicas de su periplo, desde Venecia a China pasando por Acre, Turquía, Armenia y Bagdad.
Jordi Savall dirigirá tres conciertos más en Santes Creus: el miércoles, Pro pacem, un clásico del repertorio del maestro que incluye el Da pacem Domine que compuso Arvo Pärt, siempre adecuado. El sábado, Inspiraciones & metamorfosis, a propósito de Maurice Ravel, y el domingo, Un mar de músicas, un programa compartido con el Tembembe Ensamble Continuo de México y Colombia que da continuidad al proyecto de las músicas de la esclavitud con diálogos entre piezas de «la Europa antigua y del Nuevo Mundo».
El festival incluye también, el viernes, un concierto en Poblet a cargo de la Jove Capella Reialde Catalunya con la cantata Miembro Jesu nostri de Dietrich Buxtehude, «una de las obras más interesantes del barroco espiritual», según Savall.
La programación se completa con espectáculos de Tasto Solo, el Ensemble Irini, el dúo que forman Paolo Pandolfo y Amélie Chemin, el conjunto Intonationes del contratenor David Sagastume y el Concerto Madrigalesco de Luca Guglielmi.
El proyecto no da la espalda a cuestiones sociales que preocupan a las personas. De hecho, se compromete con la igualdad de género y pretende confirmarse como un espacio «dedicado al diálogo intercultural» y con un programa «extremadamente diverso» que «quiere ejercer como una oración por la paz y, a la vez, homenajear y recordar a todas las víctimas de la violencia y la tiranía en el mundo». La música y el arte se han postulado siempre como elemento de unión entre los seres humanos. El Festival Jordi Savall, también.