Canon de cámara oscura
Autor: Enrique Vila-Matas
Editorial: Seix Barral
Precio: 19,90 €
En los compases iniciales de «Canon de cámara oscura», el personaje de Violet le suelta al protagonista: “Tengo que decirte que últimamente lo conviertes todo en literatura y ves escritura donde los demás vemos la rutina de los días, no sé, pero se te ve muy esclavizado, muy poseído por los libros, se te ve todavía muy mayordomizado”. Detrás de estas líneas se esconde una visión irónica y autoparódica de Vila-Matas, presente en toda la novela, que al mismo tiempo nos da pistas para adentrarnos a ella de forma concreta. Leer a Vila-Matas es como ver una película de Tarantino, las continuas referencias a otras obras y/o autores convierten la literatura en un caso, y el cine en el otro, en la materia prima de sus creaciones. Vivir la vida a través de la literatura es el juego de espejos que nos ha planteado el escritor desde sus obras más celebradas -“Bartleby y compañía” o “París no se acaba nunca”- y en esta ocasión regresa a ello situando la creación de un “canon literario intempestivo” en el centro del relato. Es precisamente este juego entre el canon –lo objetivable- y lo intempestivo –lo subjetivo, que sale de la norma, fuera del tiempo- lo que permite a Vila-Matas viajar a través de pasajes o citas literarias que han acompañado al protagonista durante su vida y que devienen tanto un material de reflexión sobre la creación literaria como una exposición explícita de su propio método de escribir. Basta pensar, por ejemplo, en un momento delicioso en el que narra cómo trabaja en la construcción de dicho canon literario: desde la oscuridad de la biblioteca donde selecciona un libro, hacia la luz que vierte sobre la lectura de la obra elegida, para posteriormente, sumergirse en la escritura a partir de lo leído; como si en la ausencia de relatos nuevos, el único relato posible fuera volver a los relatos anteriores. En paralelo al universo intertextual que despliega el autor a lo largo de la novela, se suma una reflexión alrededor de la inteligencia artificial. A medida que avanza la historia crecen las dudas sobre si el propio protagonista es un androide, un Denver-7, que con resonancias de los “replicantes” de Blade Runner, viven junto a los seres humanos en esta Barcelona imaginada por Vila-Matas. Siendo la inteligencia artificial una tecnología que trabaja con los patrones anteriores –otros textos, otras imágenes...- la ironía que pone en juego el escritor es todavía mayor. Y lo que parece una meta-referencia más, en este caso a la ciencia-ficción, nos lleva a pensar sobre el propio futuro de la escritura.