El diario como materia prima

Llegan varios diarios a las mesas de novedades estos días, destacamos algunos de los más singulares por el modo en que el diario sirve material para construir otra cosa

23 abril 2025 11:35 | Actualizado a 23 abril 2025 12:00
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Annie Ernaux (Lillebonne, 1940; Premio Nobel de Literatura en 2022) mantiene un diario desde su juventud más temprana, aunque conserva “solo” a partir de 1963: lo años anteriores, del 57 al 63, los quemó su madre, personaje central de sus obras, desde Una mujer a No he salido de mi noche. Este último surgió de las anotaciones del diario de Ernaux en las que se ocupaba de la enfermedad de su madre, el título, esa frase misteriosa “no he salido de mi noche” fue lo último que la madre de Ernaux pudo escribir, ya enferma de Alzheimer. Ese diario, un continuo de anotaciones, es la materia prima de Ernaux.

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Pura pasión

Autora: Annie Ernaux

Editorial: Tusquets editores, 2019

La materia prima es la experiencia, claro, la anotación de la experiencia es el trigo molido, y los libros vienen luego. A veces hay una reelaboración: Pura pasión (1991) es la novelización de una historia de amor que anotó en su diario. Diez años después de la novela, publicó los diarios, Perderse (2001). Así que, en el caso Ernaux, el recorrido entre vida y escritura es de ida y vuelta. En 2011, la escritora preparó una selección de fragmentos de su diario, que acompañó de fotos, para componer una pieza que aparecía a modo de introducción en la publicación de algunas de sus novelas en un único volumen para la colección Quarto de Gallimard. “En vez de una biografía, que a menudo deja una impresión decepcionante por su carácter fáctico, he preferido la alianza de dos documentos personales: el álbum de foto y el diario íntimo, una especie de fotodiario. [...] He seleccionado los extractos del diario en función de las fotos escogidas, de los seres o de los lugares que representan; sobre todo, de los años en que se hicieron. Nunca son su comentario.

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Diario ateniense de un lanzador de naranjas

Autor: Javier Aguirre
Editorial: Xordica, 2025

Escritos a veces en la época misma de la foto, muy a menudo después, revelan las fluctuaciones de la memoria al cabo del tiempo y proyectan luces vacilantes sobre las cosas de mi vida. Este fotodiario no constituye una ‘ilustración’ de mis libros. [...] Tampoco es la explicación de una escritura, pero muestra su emergencia. Aclara mis razones para escribir todo lo escrito hasta ahora”, escribe Ernaux en la presentación. Para la edición española, publicado como libro en Cabaret Voltaire y con traducción de Lydia Vázquez Jiménez, Escribir la vida: Fotodiario, Ernaux añadió algunos fragmentos e imágenes. Una de las cosas curiosas de este libro es que añade el filtro del tiempo a la escritura tan pegada al presente del diario: lo que hace aquí Ernaux para componer este libro es escoger entradas y colocarlas, hay un proceso similar al del cineasta lituano Jonas Mekas, que filmaba y filmaba y después seleccionaba y montaba. Este juego de temporalidades y escrituras le permite a Ernaux ir de un tiempo a otro, y en realidad lo que está haciendo es una especie de búsqueda del yo.

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Perderse

Autora: Annie Ernaux

Editorial: Cabaret Voltaire, 2021

En agosto de 1988 anota: “Este diario que llevo escribiendo desde 1957, conservado desde 1963 (dolor al constatar que mi madre había quemado seis años de diario, de 1957 a 1963, años clave), me da la impresión de una vaga continuidad... En el fondo podría ubicar –¿me equivoco al pensarlo?– un pasaje de 1978 en 1967, uno de 1963 en 1988... ¿Habría una gran diferencia, una distorsión? Nada traduce mejor la permanencia del yo que el diario, al no hacer historia”.

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Algunos días

Autor: Acoidán Mendez

Editorial: Plasson & Bartleboom, 2025

El filósofo, historiador de las religiones y escritor Jacques Brosse (París, 1922- Sarlat-la-Canéda, 2008) registró un año, de 15 de marzo a 15 de marzo, no sabemos bien de qué año, aunque podemos situarlo en la segunda mitad de la primera década de los dos mil, en La alegría del momento, que se publicó originalmente en 2008 y que llega ahora al español en Periférica, con traducción de Rafael-José Díaz. El título original, Le Bonheur-du-jour, hace referencia a un mueble, que el traductor vierte a “escritorio tocador”, del que se informa que “es ‘un pequeño mueble con cajones en el que guardamos cartas y pequeños recuerdos a los que damos valor’.

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Escribir la vida: Fotodiario

Autora: Annie Ernaux

Editorial: Cabaret Voltaire, 2025

Desafortunadamente, solo se encuentran en anticuarios; desde finales del siglo XVIII ya no se fabrican”. La expresión del título aparece un par de veces más en este libro que tiene mucho de diario de campo, de cuaderno de observación de la naturaleza y sus cambios: hay pájaros, muchísimos, pero también plantas y árboles y otros animalillos, como ciervos o ardillas. Hay tantas plantas que podemos pensar que la elección de empezar el 15 de marzo viene determinada por el deseo de atrapar la explosión de la primavera. Pero volvamos a la expresión que da título al libro: “La alegría del momento, la felicidad de vivir al día, un día tras otro, es también un ascesis. Cada vez que dormimos es una nueva muerte; cada despertar, una nueva muerte”, anota el lunes 29 de octubre.

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La dulce existencia

Autor: Milena Busquets

Editorial: Anagrama, 2025

Miércoles 30 de enero: “La alegría del momento es también, y ante todo, el llamativo espectáculo del amanecer, así como la apacible apoteosis del atardecer, cada día diferentes”. Brosse, en cierto modo ecologista avant la lettre, es sobre todo un filósofo que comparte su sabiduría a veces concentrada en formas aforísticas, a veces en episodios un poco más largos, como el que dedica a La última cena, de Leonardo Da Vinci. El respeto a la naturaleza es constante, pero el tema aquí es la atención: el libro invita a mirar a nuestro alrededor y empuja a ver lo aparentemente cotidiano como un extraño milagro.

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La alegría del momento

Autor: Jacques Brosse

Editorial: Periférica, 2025

Hay más diarios recientes: Escribir antes de Sabina Urraca en Comisura, los diarios de escritura de su novela El celo; Diario ateniense de un lanzador de naranjas, de Javier Aguirre en Xordica. Acoidán Méndez elige el diario como forma para su primera novela, Algunos días, en Plasson & Bartleboom. Y en cierto modo, La dulce existencia, reciente libro de Milena Busquets (Anagrama), puede leerse como un diario del rodaje de la adaptación de su novela al cine; aunque se aleja de la crónica inmediata para cerrar –ella misma duda de que logre cerrarlo del todo– el duelo por la muerte de su madre que abrió diez años atrás.

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Feliz año. 365 días /365 diaristas

Autor: Esteban Feune de Colombi

Editorial: La uña rota, 2025

El creador Esteban Feune de Colombi, argentino afincado en Barcelona, ha publicado con La uña rota un curioso artefacto, sobrenombre que él mismo le da al libro Feliz año. 365 días / 365 diaristas, que no es una antología, sino que pretende crear una especie de retrato colectivo de un año natural. Cada entrada, explica la solapa, tiene un autor, ha sido escrita en un lugar, época o idioma, la única condición para que se incluyera fue que se diera la fecha. El autor del artefacto toma la decisión editorial de dejar para el final el índice de referencias de autor y época de las entradas que componen ese año feliz, aunque sea frankeinsteinanamente. Copio el comienzo de la entrada correspondiente al 23 de abril: “Cada mañana hago un esfuerzo para vestirme despacio y superar la impaciencia por abalanzarme sobre los periódicos, pero siempre es inútil. También esta mañana lo fue. Hacía frío, lloviznaba, y aún así corrí en busca de esa colección de infamias y me dejé en ellas nada más que cinco rublos”. Feliz día del libro.

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