Mèdol, Centre d’Arts Contemporànies de Tarragona, inaugurará la exposición Despois do incendio, del artista y comisario gallego Eduardo Valiña. La muestra, que podrá verse desde este jueves 13 de marzo hasta el 25 de mayo en el espacio Les Golfes de Casa Canals , plantea una reflexión profunda sobre la presión que ejercen los intereses económicos sobre la naturaleza y el mundo rural, y las consecuencias que derivan de la transformación del territorio, como la pérdida de identidad.
La concejal de Cultura del Ayuntamiento de Tarragona, Sandra Ramos, ha destacado «la importancia de acoger en Mèdol proyectos que cuestionen nuestro presente y nos inviten a repensar nuestro papel en la transformación del paisaje». Por su parte, el director de Mèdol, Vicent Fibla, ha comentado que Despois do incendio «nos sitúa en un espacio de diálogo entre la naturaleza y la creación contemporánea, y nos hace tomar conciencia de la fragilidad del territorio y de cómo el arte puede ser una herramienta para la memoria y la resistencia».

Eduardo Valiña (O Páramo, Lugo, 1972) es una figura comprometida en el panorama artístico contemporáneo gallego. Su trayectoria lo ha llevado a exponer en espacios de referencia como el Museo Barjola de Gijón, el Museo Provincial de Lugo, o en ciudades como Oporto, Lisboa, Bruselas, Bucarest y La Habana. Ambientada en la frondosidad natural de Lugo, donde Valiña tiene sus raíces, la obra plantea una reflexión universal sobre la ruralidad y la memoria herida, la autenticidad y la banalización, las agresiones al territorio y la resiliencia.
«No concibo mi obra como una narrativa de pérdida o denuncia, sino como un proceso de sedimentación en el que la identidad y la naturaleza se entrelazan en un equilibrio complejo», ha explicado Eduardo Valiña.
Despois do incendio es un relato visual crítico con el medio que hace gala de un fino sentido de la retranca, la célebre ironía gallega. El artista interpela directamente al público a través de imágenes e instalaciones que evocan la herida de una tierra sometida a la explotación y a los intereses económicos. Mediante intervenciones en el espacio natural, que luego traslada al contexto expositivo, el artista documenta las tensiones medioambientales resultantes de amenazas como la masificación del turismo o proyectos industriales controvertidos, como la gran fábrica de celulosa que se proyecta en Palas de Rei.