Tonos joya para un glow up: Si hay dos colores protagonistas en estas fechas estos son el verde y el rojo. Aunque hay algunos tonos que han ido cogiendo un peso importante: el plata, el blanco, el bronce, el rosa pálido y el envejecido y, por supesto, el dorado. Esos tonos joya que ayudan a dar un ‘glow up’ a nuestro estilo.
Podemos crear un hilo conductor de nuestra decoración en casa con el blanco y el dorado. El primero, representa la parte más fría y natural, evocando a la nieve, así como la pureza y la esperanza que se le pone a estas fechas. Con el segundo conseguiremos que la casa se llena se llene brillo y de un look muy sofisticado.
Árboles con lazos en cascada: Las clásicas bolas navideñas en distintos tonos, diseños y dibujos. Piezas personalizadas. Adornos coleccionados a lo largo de los años o que han pasado como herencia de generación en generación. Piñas. Bastoncillos rojos y blancos y otras chucherías. Campanillas o cascabeles. Cascanueces y otros personajes navideños. Estrellas. Y luces, muchas luces. Nuestros árboles lucen siempre con una decoración que evoca a nuestros gustos y estilo. Pero si lo que queremos es romper con los clasicismos y dar un aspecto rejuvenecido y más cool, la clave está en los lazos. Pero en su formato más big size posible: uno gigante y cuya tela se derrame en cascada.
Azul cobalto cósmico, una tendencia en decoración: El pantone de color es un sistema basado en una paleta de tonalidades de la empresa Pantone, especializada en el sector de las artes gráficas, que hace ya un tiempo ideó un sistema de identificación del color para unificarlos y darles una nomenclatura única.
A principios de diciembre designan un color que será el protagonista del año siguiente. 2025 será el del ‘mocha mousse’ (17-1230), «una cálida tonalidad marrón imbuido de la riqueza que transmite la deliciosa calidad del cacao, el chocolate y el café», describen.
Sin embargo, saliendo de esta premisa, los especialistas en interiorismo y decoración destacan un azul como la tendencia para el año que llega: el cobalto cósmico, un elegante, hiptonizador y vibrante tono que evoca los confines del universo y que promete dar una personalidad única a los espacios de nuestro hogar.
Minimalismo orgánico: menos ornamento y más emoción: Años de barroquismo y excesos a nivel decorativo y en lo gastronómico, comportan la vuelta del «menos es más».
Si bien no es algo que debería sorprendernos si sabemos leer las tendencias: hace unos años el sosegado estilo nórdico llegó para quedarse. Maderas y vegetación verde, tejidos suaves y esponjosos, el color blanco como predominante y la luz tenue de las velas fueron ganando terreno. Pero ahora vamos un poquito más allá: un punto más ‘minimal’.
Allí donde antes veíamos una decoración recargada, sin un ápice de espacio libre, ahora encontramos ambientes donde el peso se lo llevan un par de elementos, permitiendo a la estancia respirar. Menos ornamento y más emoción: así devolvemos a la Navidad su significado inherente.