Se trata de un ecosistema artístico realmente grande, hay que pensar que buena parte de los hoteles y campings de la provincia de Tarragona ofrecen un espectáculo cada noche durante la temporada estival. De hecho muchos de ellos tienen varios escenarios simultáneos. Los artistas trabajan seis o siete días a la semana durante mínimo, tres meses. A lo largo de los años la temporada se ha ido acortando para los artistas. El cantante de Duet Yas, Yas Cano, explica en una entrevista al Diari que hace 10 años trabajaban de febrero a diciembre y que siempre había alguna actuación especial para Navidad, pero «ahora la temporada es de abril hasta octubre».
Siete días a la semana durante tres meses. El ritmo de trabajo en la temporada de verano es frenético, sin apenas días libres para los artistas.
Uno de los sectores más afectados por la crisis de la Covid-19 fue la hostelería, por lo que muchos hoteles pidieron a los artistas rebajar sus cachés. Los artistas aceptaron esta medida, pero «es el tercer año consecutivo que los cachés no suben, de hecho, ni siquiera han alcanzado las cifras de 2019», aclara Cano. Además, el precio de un bolo es difícil de calcular y cada artista tiene sus tarifas. Hay una gran cantidad de artistas, hoteles y empresas implicadas en el circuito, por lo que mantenerse firme con los precios, es complicado. «Siempre hay alguien dispuesto a cobrar menos con tal de trabajar», añande Cano. Esto ha hecho que la situación sea cada vez más precaria. Si a esto se le suma la inflación y la reducción de la temporada año a año, la situación cada vez es más complicada para los artistas.
Un público exigente
El público de los hoteles es todo un reto: cambia cada semana, hay personas de todas las nacionalidades y edades y no tienen por qué estar necesariamente interesados en el tipo de actuación que ofrece el hotel. En general, los artistas suelen llevar preparadas algunas variaciones o canciones alternativas para ganarse al público, aseguran que supone un reto de «minuto a minuto». El tipo de hotel también influye, «en el típico ‘todo incluido’, la gente se queda, aunque no les interese, pero en este tipo de hoteles hay que ganarse al público minuto a minuto», explica Joan Cester, de Cester Management hablando de alojamientos más selecos de Salou.
Aun así, algunos artistas prefieren mantener su carrera en Salou ya que el circuito es muy grande y pueden tener un horario más o menos fijo durante bastantes meses. Además no hace falta viajar cada día a un sitio distinto. Para otros, en cambio, Salou supone un primer contacto con el público y con la actuación, pero esperan llevar su carrera a otros lugares.
Duet Yas, grupo de música: «Tenemos un repertorio de más de 3.000 canciones»
Duet Yas lleva ocho años actuando en hoteles y tiene un repertorio de más de 3.000 canciones. Se trata de un grupo de versiones clásico, pero no tan clásicas, como La chica de ayer a ritmo de chachachá o Yo soy aquel, de Rafael, al ritmo de la bachata.
Está formado por Yas Cano y Ana Bedmar, Anna Tena y Amparo Bermejo. Los cuatro se turnan para hacer frente al alto volumen de actuaciones, sobre todo los sábados. Tienen que ir con la furgoneta hasta un camping de Cambrils, por ejemplo, montar micros, mesa de sonido y dejarlo todo listo y luego coger la furgoneta hasta un hotel en la otra punta de Salou y montar otros micros y otra mesa para poder hacer las actuaciones simultaneamente.
Aseguran que el mejor público, son los grupos del Imserso, “lo dan todo siempre sin importar ni el repertorio que llevemos”. Tantos años encima de los escenario, les han traído anecdotasde todo tipo. Desde algú borracho que sube al escenario, hasta personas que se mueren en medio de la actuación”.
Caio Ferraz, violonista: «El público de los hoteles es de los más díficiles que he visto»
El brasileño Caio Ferraz ha empezado ha empezado tocar en campings y hoteles esta temporada pero lleva desde los 11 años tocando el violín. Empezó con formación clásica, pero pronto encontró su estilo, un pop electrónico que perfeccionó de forma autodidacta. A los 15 creó un canal de YouTube que acumula casi 30.000 subscriptores y vídeos con más de 300.000 reproducciones, «Con 15 años conectaba en Brasil con personas en Japón, pero esto es totalmente distinto».
Aunque en general, la acogida es «positiva», admite que siempre lleva «un show alternativo». Dice que «es imprescindible observar mucho y adaptarse al público», asegura que hay que ganárselo «minuto a minuto».
Uno de sus secretos es el «elemento sorpresa», ya que los hoteles suelen anunciarlo como «Caio Ferraz, violinista» y todos se sorprenden cuando en lugar de música clásica, hace versiones de temas pop conocidos. Aunque los que mejor le funcionan, asegura, son los de los 80 y o las versiones acústicas de temas de Amy Winehouse o The Police.
Synergy Urban, grupo de hip hop: «Hace falta mucha disciplina, comer bien y hacer deporte»
Una agencia les propuso a Nuria, Miquel, Raquel y Jesús, formar un grupo para bailar hip-hop en hoteles y campings durante el verano.
No habían trabajado nunca antes todos juntos, pero aceptaron y montaron un show en cuatro meses. LLevan unas semanas en el circuito y son una de las pocas propuestas de baile urbano que existen.
Su propuesta escénica es un viaje en avión por todo el mundo que incluye más de ocho cambios de vestuario. Su show busca divertir a la gente y hacerlos viajar con ellos, «tienes que saber qué público tienes y hacer que la gente disfrute», comenta Raquel, una de las integrantes del grupo.
Y aunque es un trabajo duro, les encanta poder «bailar cada día encima de un escenario porque es lo que más nos gusta en el mundo», asegura Miquel, otro de los miembros e Synergy.
Eso sí, para aguantar ese ritmo durante tres meses necesitan «mucha disciplina, comer bien, hacer deporte y sacar algo de tiempo para ellos», cuenta Nuria, otra integrante. De otra manera, el bucle de actuaciones puede ser agotador.
Sherezade Troupe, grupo de acrobacias: «Ensayamos por las mañana ocho horas en la playa»
Abdul, Moussa, Ahmed y Bilal , de Marruecos, llevan 22 años trabajando juntos. Desde 2016 en España. Están seis meses en España y otros seis en Marruecos.
Pasan todos los días juntos, por las mañanas «ensayamos en el camping o en la playa, unas ocho horas al día,» y por las noches hacen su espectáculo de acrobacias. Una semana en la Costa Daurarada y otra en la Costa Brava.
Entre ellos se llaman, «la familia del circo», la mayoría de sus padres eran artistas y sus hijos también forman parte del circo, «aunque lo primero es el colegio», explica Ahmed.
De hecho, no se ven haciendo ninguna otra cosa. Reconocen que las acrobacias más difíciles están reservadas para cuerpos jóvenes, pero que en el circo hay espacio para todos los perfiles y edades.
Han actuado aciendo animaciones en hoteles durante el mundial de Catar, pero nunca han actuado en América y les encantaría dar la vuelta al mundo con su «familia del circo».