Ana García del Barrio es la creadora de Divina de la Mente, podcast de referencia de meditación y crecimiento personal que ha sobrepasado los dos millones de descargas en todo el mundo. Inspirado en él, ahora llega este libro homónimo publicado por la Editorial Planeta, en el que la autora ofrece herramientas para transformar el estado emocional. En Divina de la Mente anima a los lectores a que realicen las prácticas que propone para encontrar su camino. «Cada uno de nosotros tiene una personalidad y un estilo de vida diferente, por lo que habrá algunas con las que conectarán más y otras, menos. Y esa es la idea, ofrecer variedad de ejercicios de reflexión, meditación y movimiento, para que cada uno descubra su puerta de entrada hacia su interior». hola@divinadelamente.co.
¿Por qué cuando una persona lo tiene todo, al mismo tiempo se puede sentir vacía y no saber qué hacer con su vida?
Somos más que el resto de los mamíferos, que necesitan cobijo y alimento. Tenemos un ansia de autorrealización personal y es algo de lo que desde tiempos milenarios nuestros antepasados se dieron cuenta. Necesitamos socializar y sentirnos realizados en nuestra misión personal en la vida. Y lo que también sucede es que muchos de nosotros, al menos esa es mi experiencia personal, hemos adoptado las prioridades de otras personas como nuestras y entonces, después de haber alcanzado objetivos, nos sentimos vacíos. Quizás esto es porque tampoco para nosotros era relevante llegar a un determinado punto.
¿Por presiones sociales?
Muchas veces sí. Son objetivos que no estaban dentro de nuestros valores personales y, sin embargo, por presiones de la sociedad, por comparación, por lo que hemos visto, lo adoptamos como nuestro. Creo que el problema de todo esto es que no nos conocemos lo suficiente para saber qué nos llena como personas individuales.
«Muchos de nosotros hemos adoptado las prioridades de otras personas como nuestras y entonces, después de haber alcanzado objetivos, nos sentimos vacíos».Para conocernos propone el yoga y la meditación.
Yoga y meditación como un sistema unido porque al final la meditación es parte del yoga. Y también la revisión de creencias. Yo eso lo descubrí a través del coaching. Yoga y meditación fueron los primeros pasos que me llevaron hacia el autoconocimiento porque era el único espacio en mi día donde había silencio, donde podía estar a solas con mi respiración, moviéndome lentamente sin ir como un pollo sin cabeza todo el día, donde podía escuchar mis sensaciones más sutiles.
Sugiere volver a la naturaleza.
Para mí la naturaleza es la mejor terapeuta que he encontrado. En la naturaleza mi arrogancia baja y mis preocupaciones se ponen en perspectiva cuando te ves tan pequeñito junto a una montaña o junto al océano. Me gusta dormir al aire libre aquí en Australia, sin wifi, sin conexión y viviendo con lo básico. Eso es lo que me cura de problemas, ansiedades y preocupaciones. Es como la vuelta a los orígenes, a lo más simple.
«Yoga y meditación fueron los primeros pasos que me llevaron hacia el autoconocimiento porque era el único espacio en mi día donde había silencio».¿Cómo están viviendo en Australia la pandemia?
Aquí tenemos una situación extraña. La Covid no nos ha tocado tanto como en el resto del mundo porque cuando empezaron a entrar casos, Australia cerró por completo el tráfico internacional. Al ser un país continente es muy fácil cerrar las fronteras. En 2020, cuando en el resto del mundo estabais confinados con mascarillas y restricciones, aquí íbamos libremente, no necesitábamos ni siquiera mascarillas para entrar en los hospitales porque no había casos. En mi ciudad, donde hay tres millones de habitantes, cuando hay tres casos nos meten a todos en casa una semana entera, rastrean los contactos y después nos dejan salir. Pero seguimos absolutamente aislados del resto del mundo.
¿No puede salir del país?
Para salir necesitas una autorización del gobierno, que solo te dan por causas extremas. Entonces, estamos bien, pero yo no me puedo marchar, no puedo hacer la promoción del libro. El trabajo no es una razón para salir del país y si sales, no entras. Yo me siento en una burbuja donde estamos protegidos, pero muy aislados y un poco indefensos también. Si algo le pasa a mi familia, yo no sé cómo lo haría.
Los libros no se rayan, no se escriben. Pero el suyo sí.
La idea que yo tenía es que fuera un libro que el lector pudiera escribir, tachar, pintar, anotar sus propias reflexiones. Hacerlo suyo, en definitiva. Y pedí a la editorial que lo hiciera blandito, que pesara poco, que hubiera márgenes, espacios y que las letras fueran relativamente grandes para que se leyera bien. Quería que fuera un cuaderno de trabajo transportable y usable.
«A causa de la Covid solo se puede salir de Australia con una autorización del gobierno, que únicamente te dan por causas extremas. El trabajo no es una razón para salir del país».Hábleme de la ignorancia.
La ignorancia se define en el yoga como la primera causa del sufrimiento en el ser humano. No saber quiénes somos. Creer que somos lo que no somos. A mí este concepto me ha hecho pensar mucho a lo largo de los años. Buda se formó también con yoguis y entonces hay muchos paralelismos entre el budismo y el yoga clásico. Pero el no saber quiénes somos, el identificarnos con nuestro ego, con esta parte pequeña de nosotros, creer que somos todo lo que vemos, que somos todo lo que hay en la superficie, nos hace sufrir y nos separa del resto de seres.
¿En qué sentido?
Nos separa de la creación porque todos venimos de lo mismo. Tú y yo somos lo mismo. Tengo una personalidad diferente, tengo un carácter diferente, pero somos lo mismo. Y creer que somos diferentes, según los yoguis, es la primera causa de sufrimiento que existe para el ser humano. La ignorancia se entiende como un velo que no nos deja ver, que hace nuestra vida opaca y este camino de autoconocimiento nos conduce hacia la verdad, a entender lo que de verdad somos como seres humanos. Y a conectarnos con esa consciencia, esa capacidad que todos tenemos de percibir la realidad como es, más allá de creencias, más allá de filtros del pasado, de miedos del futuro. Tocar lo que es, ver lo que es, sentir lo que sientes…
«La ignorancia se entiende como un velo que no nos deja ver, que hace nuestra vida opaca».¿Qué pasa cuando una persona no sabe lo que quiere?
El problema es qué pasa cuando lo que quieres no se te cumple. Cómo se afronta.
¿Qué pasa?
La ambición es lo que nos hace movernos, los deseos que tenemos hacen que nos movamos hacia un futuro, que queramos mejorar nuestras condiciones. El problema llega cuando nos aferramos a eso y dejamos de ver otras opciones. Entonces, si no se cumplen esos deseos que teníamos, ¿qué hacemos? Muchos de nosotros sufrimos porque estamos apegados a esa idea. Y ese apego nos impide flexibilizarnos, adaptarnos a lo que va pasando, incluso disfrutar de que eso no ha ocurrido y que otras alternativas, que no esperábamos, se han abierto. Cuántos de nosotros ahora nos damos cuenta de cosas del pasado, que no se han cumplido y no ha ido tan mal. Es ampliar la visión, la perspectiva. Es lo que nos cuida del sufrimiento, lo que nos protege. El aceptar que la vida es la que es y nuestras ambiciones son una orientación en la que nosotros ponemos nuestros propios pasos, pero la vida tiene también su propio plan. Y creo que es positivo abrirnos a escuchar.
Salir de la zona de confort. Pero da miedo.
Da mucho miedo porque como humanos que somos buscamos seguridad, ya que es la base de nuestra supervivencia. Saber que mañana tengo un techo y de dónde va a venir la comida. Estamos condicionados por nuestro cerebro, pero una vez que esas necesidades están cubiertas podemos abrirnos a la vida, dejarnos sorprender y sacar oportunidades que pensábamos que eran amenazas o dificultades.
Entonces, ¿mejor no darle tantas vueltas a las cosas?
Buscar demasiados porqués nos puede anquilosar en el pasado. Creo que es importante hacer un ejercicio de reflexión sobre cuál ha sido nuestra contribución personal a la situación en la que nos encontramos, qué hemos aprendido, qué no volveríamos a hacer, qué nos llevamos de positivo. Pero no tiene sentido buscar el porqué de cada situación que vivimos y que escapa a nuestro control. ¿Vamos a saberlo alguna vez? ¿Por qué me divorcié? No lo sé. Por cosas que yo hice, pero por cosas que sucedieron. Por cosas que hizo la otra persona, por la vida… Porque otras cosas tenían que pasar.
«Cuántos de nosotros ahora nos damos cuenta de cosas del pasado, que no se han cumplido y no ha ido tan mal. Tenemos que ampliar la visión, la perspectiva».Cuando una persona lleva una mochila muy cargada, un fallecido, una infancia problemática, ¿cómo puede salir adelante?
Podemos dejar reposar la mochila en el suelo. Gracias a la meditación o a actividades que nos induzcan a nuestra calma interior, incluso al placer, podemos dejar que esa mochila descanse en la tierra, al menos momentáneamente y aunque sea momentáneamente, ayuda mucho. Y podemos abrirnos y descansar. Es decir, yo no me puedo quitar de encima ni quiero experiencias de mi pasado que son dolorosas, porque me han enseñado mucho. Y gracias a ellas hoy estoy donde estoy, hago lo que hago, soy quien soy, han definido un carácter, una personalidad. Pero sí que puedo quitarle peso a esa carga del pasado. Y decir que eso ya no existe, ya no es tangible.
¿Y a partir de ahí?
Es importante preguntarnos qué vamos a hacer con nuestra vida a partir de hoy, cómo queremos utilizar y transformar esas experiencias en algo que nos sirvan hoy y que sea positivo y útil para nuestra vida. Y que precisamente esa mochila se transforme en un propulsor para ir más ligeros en la vida, gracias a todo lo que hemos aprendido. Es posible hacerlo.