«Ni hecho adrede: un día lluvioso como hoy, para reponer arena en la playa», señalaba ayer por la mañana en el paseo Botigues de Mar el concejal de Turisme del Ayuntamiento de Altafulla, Tomàs Serra. Y es que ante la necesidad de verter arena en la playa del municipio es algo urgente «para tenerla en condiciones para su disfrute, esta temporada turística», indica Serra.
Evidentemente, los trabajos, que hoy tienen continuidad, ayer pudieron realizarse en un estado de «playa desierta» por la lluvia, sin incomodar a los bañistas, como hubiera sucedido en un día soleado, con la presencia únicamente de algunos curiosos, bajo paraguas, como testigos de los trabajos del transporte en camiones, vertido y esparcido de sedimentos.
Para Tomàs Serra, mantener con buen volumen de arena la línea de playa en el tramo escogido «es propiciar una barrera natural de protección al punto más frágil de la playa, que es Botigues de Mar, el corazón turístico de Altafulla».
En total, se van a reponer 4.000 metros cúbicos de arena procedente de la playa de Torredembarra en la que estos días se está llevando a cabo tareas de trasvase de sedimentos, con destino a las playas de Tarragona, pero que «hemos conseguido, de común acuerdo con Costas del estado, que una parte se quede en la de Altafulla», señala la coalcadesa y responsable del área de Medi Ambient del municipio, Alba Muntadas.
Una operación negociada a tres bandas, entre los ayuntamientos de Tarragona, Altafulla y el puerto de Torredembarra. Esta es la solución de urgencia tras el informe, inicialmente negativo emitido hace unas semanas por el Ayuntamiento de Torredembarra, referente al trasvase de 14.500 metros cúbicos de arena, por convenio, que ha quedado pospuesto, allá unos meses, para su ejecución.
Con todo, Muntadas admite que hoy por hoy «no se precisa de más volumen de arena en nuestra playa, puesto que los temporales de mar de levante, que son los que más perjudican nuestra costa, esta vez no han sido tan severos». Los temporales de poniente han traído arena a la zona del Fortí y menos en dirección a Tamarit. Como viene siendo habitual el tramo de Botigues de Mar es el que ha experimentado mayor erosión y los efectos de las tempestades.
En referencia a los estudios y proyectos que tendrían que resolver los problemas que provocan el déficit de arena, Alba Muntadas ha manifestado que la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) lleva tiempo trabajando en ello y que los estudios que ha realizado vía satélite han de permitir dictaminar «el modelo idóneo de uno o dos espigones a construir, probablemente semisumergidos; es decir, en línea con la superficie».
Para consolidar el prototipo a implementar, resta esperar los resultados de algunas batimetrías a realizar por la UPC que han de explorar el comportamiento de la arena, y ver su evolución, como consecuencia de las corrientes marinas.
A partir de aquí será el momento de proceder a la licitación de la redacción del proyecto ejecutivo y de impacto ambiental, seguramente este mes de julio, el cual deberá ser validado por Costas del estado, lo que hace prever que «transcurrirán un par de años hasta que llegue su definitiva aprobación», sostiene Muntadas.
