El inicio de los trámites para la construcción de un Almacén Temporal de residuos Individualizado (ATI) en la central nuclear de Vandellós II ha puesto sobre aviso tanto al Ayuntamiento del municipio como al PSC, además de a grupos ecologistas, que reclaman que se reubique el depósito a un espacio que disponga de unas mínimas garantías de seguridad.
Así, dentro del trámite del procedimiento de evaluación del impacto ambiental del proyecto de construcción del ATI, el Ayuntamiento de Vandellòs i l’Hospitalet de l’Infant –gobernado por Més Municipi– ha presentado un escrito de alegaciones a la Subdirección General de Energía Nuclear de la Dirección General de Política Energética y Minas de la Secretaría de Estado de Energía del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD). En este escrito, el Consistorio defiende, en consenso con con la Asociación de Municipios en Áreas de Centrales Nucleares (AMAC), los argumentos que considera necesarios para reubicar el emplazamiento del ATI y que pasan, en primer lugar, por estar «demasiado expuesto a las inclemencias climáticas debido a su cercanía con la ribera del mar». Además, sostienen, «no hay que olvidar los antecedentes ocurridos a nivel mundial en instalaciones similares que se consideraban seguras hasta ese momento».
Por otra parte, el Ayuntamiento y la AMAC sostienen que «a nivel urbanístico, se considera que se debe distinguir entre el desarrollo de una actividad y la gestión de los residuos que se generan, por lo que en los terrenos propuestos el uso previsto es el de la producción de energía eléctrica y no el depósito de los residuos generados, que en su caso se deberán gestionar en suelos aptos para esta finalidad, como sucede con el resto de actividades». Así pues, el consistorio reclama que «se deben reconsiderar los emplazamientos previstos para los dos ATI, en otros suelos más seguros y adecuados para esta finalidad, unificándolos para no crear tantas afectaciones en el territorio y con el objeto de minimizar su impacto en el entorno».
Las consideraciones presentadas por el Ayuntamiento también las comparte el grupo del PSC, actualmente en la oposición municipal, desde el que se aclara, en primer lugar, que «entendemos la necesidad de construir este almacén para que la planta continúe produciendo después de sustituir el combustible gastado en la recarga prevista por abril de 2027». Aun así, recuerdan, el segundo semestre de ese año está previsto que vuelvan los cuatro contenedores de residuos vitrificados depositados temporalmente en Francia y, además, en 2028, ENRESA tiene que emprender el desmantelamiento total del emplazamiento de la central nuclear.
Por todo ello, el PSC advierte que «nos podemos encontrar que en pocas decenas de metros hayan diferentes almacenes con residuos nucleares», por lo que «reclamamos que, por razones de seguridad, presentes y de futuro, se concentren todos estos nuevos almacenes en un único espacio y emplazamiento que haga esta medida tenga un menor impacto territorial, que sea más sostenible en el tiempo y dé mayor sensación de seguridad en un territorio que hace más de 50 años que está contribuyendo, de forma incuestionable, a la producción de energía para el desarrollo económico de todo el país».
El desemantelamiento
La central nuclear de VCandellòs II debe desmantelarse, previsiblemente, en febrero de 2035. El ATI debería contener los residuos de la central hasta el 2073, fecha en que el VII PGRR contempla que esté prevista la entrada en funcionamiento del Almacén Geológico Profundo (AGP). Ante esto, el PSC advierte del peligro de almacenar, de manera tan prolongada en el tiempo, los residuos en un ATI que considera inseguro.
Finalmente, por parte del Ayuntamiento, éste reclama la creación de «un órgano de seguimiento de la construcción del ATI-100 donde participen las partes interesadas».
Los ecologistas también se oponen
Los grupos Ecologistas en Acción y Movimiento Ibérico Antinuclear (MiA) también se han mostrado contrarios a la creación del Almacén Temporal de residuos Individualizado (ATI). Después de presentar alegaciones al proyecto ante la subdirección general de Energía Nuclear, exigen que la declaración de impacto ambiental sea «de carácter negativo». Las entidades ecologistas recriminan «el fracaso estrepitoso» de los cinco anteriores planes de gestión de residuos radiactivos ––y el sexto en vigor– que preveían un almacén centralizado, y consideran que la apuesta para hacer almacenes individualizados en cada central nuclear también fracasará mientras no se cierren y desmantelen todas las del estado español.