Falta justo una semana para que los Reyes Magos empiecen a repartir sus regalos por las casas de todos los niños y niñas del país. En estos días previos, el trabajo en las comitivas reales de todos los pueblos es frenético. En Vila-seca, los pajes reales se afanan por recoger todas las cartas de los niños y niñas que todavía no las han entregado y empezar a preparar los paquetes que repartirán la noche del próximo 5 de enero. Cartas con destino a Oriente cargadas de deseos de paz y felicidad y otros mucho más mundanos.
Los nervios y la ilusión se perciben a partes iguales en la cola de espera a las puertas de la haima real que ha abierto un año más en el Castillo de Vila-seca. Un rinconcito mágico para recoger los deseos de los más pequeños y hacerles llegar las sugerencias de parte de los Reyes. Los pajes de Melchor, Gaspar y Baltasar recibieron durante toda la mañana de ayer a cientos de niños y niñas que se acercaron para sellar sus cartas. Todos salieron con una foto para el recuerdo, una rica galleta y el firme compromiso de portarse mejor.
De allí salen Guillermo y Álvaro, dos hermanos de 7 y 4 años, pletóricos después de dejar sus deseos en manos de los pajes. En la lista, «muchos juguetes», reconocen ambos, aunque también han pedido «algo de paciencia y ser más obedientes», apuntan los padres. Entre sus peticiones, uno de los deseos más compartidos en todas las cartas: que se acabe la guerra en Ucrania. «Eso es lo más importante», señala Guillermo.
Marcos, de 6 años, sale con deberes de su reunión con los pajes, aunque confía en que le traigan todo lo que ha pedido. Un lagarto robot es el juguete que espera. «Soy un poco traviesillo», admite sin contemplaciones, después de haberse comprometido a mejorar. Antes de sellar la carta, los pajes leen a cada niño un mensaje personalizado que les hacen llegar los Reyes Magos con el balance de todo el año y las propuestas de mejora.
Daniel y Aroa son dos hermanos mellizos de 9 años. «Hemos pedido muchas cosas. No quedaba ni un centímetro en blanco en la carta», explica él, que ha llegado al Castillo con el lápiz en el bolsillo para acabar de escribir todas sus peticiones antes de entregar la misiva a los pajes. «Nos hemos portado bien», asegura su hermana, ante la mirada expeditiva de su madre y su abuela. «La excelencia no existe», lanza Daniel con desparpajo.
Ahora toca esperar al día 5 para ver si se cumplen todos sus deseos. Como manda la tradición, con el fanalet en el balcón para guiar a los Reyes y la cuerda a punto para estirar los paquetes que traerán en sus carrozas cargadas de regalos.
Mañana, última oportunidad
La haima de los Reyes Magos volverá a abrir mañana en el Castillo de Vila-seca, de 10 a 14 horas. Será la última oportunidad para entregar las cartas en mano a los pajes reales para que lleguen a tiempo a sus Majestades. Para los más rezagados, todavía estarán disponibles los diferentes buzones que se han colocado por todo el municipio para recoger las cartas.
Mañana por la tarde, llegará un año más a Vila-seca el Home dels Nassos. Los Gegants i Grallers de Vila-seca serán los encargados de recibir al personaje de las 365 narices. Se concentrarán a las 17.45h en la plaza de l’Església e irán a buscarlo a la estación de tren, donde está previsto que llegue a las 18.17h. De ahí se dirigirán en cercavila hasta el Ayuntamiento, donde el Home dels Nassos pronunciará su discurso desde el balcón para cerrar con un toque de humor más que necesario este 2022.
