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El informe Litoral al límite, elaborado por el Consejo Asesor por el Desarrollo Sostenible de Catalunya (Cads), asesor de la Generalitat, destaca la elevada vulnerabilidad de la costa y las acciones que deberían ser más efectivas para poder preservar las playas en un contexto de emergencia climática que debe dar paso a una transición ecológica en la costa como medida de supervivencia.
El 59% de la franja costera catalana está urbanizada en sus 100 primeros metros con una rigidización artificial que combinada con la crecida del nivel del mar motiva una pérdida de superficie, calidad y resilencia de las playas.
La previsión más catastrofista señala que en 2035 sólo un 54% de las playas actuales tendrá la anchura necesaria para los servicios de ocio y que un 9% estén totalmente erosionadas. Entre 2002 y 2010 se aportaron 775.000 m3 de arena al litoral, pero esa regeneración es insostenible a largo plazo y tiene unos costes económicos y ambientales elevados.
Gestión adaptativa
El informe Litoral al límite señala que la transformación del litoral debe seguir criterios de gestión adaptativa. Destaca la conservación de la biodiversidad y recuperación de parte de la naturaleza perdida con la restauración de los ecosistemas litorales, pero también de rieras y ríos.
Incorpora al debate los términos de desrigidización y desurbanización priorizando en la medida que se pueda soluciones basadas en la naturaleza. Adelanta que deberá haber nuevos modelos de desarrollo económico al circunscribir la actividad humana a los límites del litoral.
Debe impulsarse un Plan de transformación y rehabilitación del hábitat urbano litoral. En este sentido, apuesta por el replanteo o retirada de determinadas infraestructuras como puertos, espigones o paseos marítimos.
La prioridad
La desrigidización y desurbanización de las zonas litorales más antropizadas y más próximas a espacios naturales deben recuperar la dinámica de los ecosistemas litorales, en la medida posible, «priorizando soluciones basadas en la naturaleza».
El informe El litoral al límite destaca que la rigidización del litoral dificulta que el sistema playa-duna pueda desplazarse hacia el interior en contextos de erosión de la costa.
Una situación motivada por el desarrollo urbanístico del litoral y de la construcción de puertos, espigones y escolleras longitudinales que impiden la conectividad de los elementos biológicos y los sedimentarios.