Torredembarra viaja este fin de semana a su pasado para recordar una de las épocas de mayor esplendor en la localidad. La XIII Fira d’Indians, que arranca hoy a las 10h de la mañana, llevará las calles del Nucli Antic a finales del siglo XIX. Un recorrido a tiempos indianos que incluye mercado de artesanía, muestra de oficios, actividades infantiles, recreaciones históricas, visitas guiadas, charlas, música en vivo o catas de vino y chocolate.
«Hubo mucha inmigración de la provincia de Tarragona que partió hacia América. Castilla quitó el puerto real de Barcelona y se lo dio a Torredembarra, que fue uno de los principales puertos de Catalunya para ir a hacer las Américas. Por eso hubo tantos indianos importantes en el municipio, como los Güell, la familia de indianos más importante de Catalunya», explica Anna Castellví, coordinadora de la Xarxa de Municipis Indians de Catalunya.
La herencia del pasado indiano se aprecia en la arquitectura torrense, con casas de estilo colonial que se concentran en la calle Antoni Roig, pero también edificios como el antiguo Hospital de la Caritat Pere Badia o el Patronat y Escola Antoni Roig. El legado indiano también se encuentra en tradiciones como la dote a las mujeres torrenses que se casan. Una dote que introdujo un torrense ilustre como Antoni Roig tras hacer fortuna en América hace más de un siglo, pero que se mantiene viva hoy en día para aquella chicas que lo solicitan.
Castellví, que presentará su libro El llegat indià desaparegut esta tarde en el Pati del Castell, destaca que «con esta feria, Torredembarra pone en valor todo su patrimonio indiano y una herencia de ultramar que es el estandarte en la provincia de Tarragona».
En su libro, que forma parte de la colección Catalunya Desapareguda, Castellví recoge imágenes históricas de algunos de los edificios coloniales que se han perdido en diferentes puntos de Catalunya. «El 95% del patrimonio indiano se encuentra en manos privadas. Son en su mayoría casas que en algunas zonas han desaparecido por la presión inmobiliaria del turismo», apunta.
Los indianos trajeron a Torredembarra una arquitectura singular, pero también una forma de vestir, especies exóticas de animales y plantas, así como productos originarios de América que eran de gran valor en nuestro país. Es por ello que una parte de la Fira d’Indians consiste en la degustación de productos como café o chocolate y también vino. Actos que sirven también para conocer quiénes eran los indianos y qué fueron a hacer a países como Cuba, Puerto Rico o Argentina.
La coordinadora de la Xarxa de Municipis Indians recalca que «entonces, igual que ahora, la gente emigraba por motivos económicos, bélicos o por amor. Todas estas personas se marcharon por necesidad. Era gente que se vio obligada a buscar una oportunidad al otro lado del Atlántico». Asimismo, a pesar de las historias de opulencia que rodean el legado de esta época, recuerda que también hubo muchas sombras. «Sólo nos han llegado las historias de aquellos indianos que triunfaron, pero muchos de los que partieron nunca llegaron a destino, no regresaron o nunca se volvió a saber de ellos», explica.