A pocos metros de la costa, enfrente de Baix a Mar, el Bloc (el pie de hormigón) sobresale del agua. En 1962 sustentaba una estructura de hierro llamada La Pirámide, donde permitía varar las barcas mediante poleas mucho antes de que la actual dársena pesquera viera la luz dentro del puerto torrense (1993). En 1997 la estructura de bigas de hierro era un peligro y se desmontó –la presencia de bañistas conllevaba un riesgo innecesario–. Dos años más tarde, en 1999 y dentro de la celebración de los 20 años de ayuntamientos democráticos, se erigió en su lugar una escultura –Alfa i Omega– del artista Rafael Bartolozzi, también alcalde de Vespella.
La escultura también sufrió deterioro y en 2018 se desmontó tras comprobar el riesgo de caída al mar dada la fragilidad de los materiales. El desmontaje de Alfa i Omega también permitió ver que el Bloc necesitaba una reparación y fue en 2021 cuando esta base de cemento recuperaba su fortaleza para permitir de nuevo albergar un monumento con plenas garantías de perdurabilidad.
La consulta
Con el Bloc asentado, ya se había hecho público que la intención municipal era la de restablecer encima del mismo una escultura que recordara parte de la historia local. Lo que debía decidirse era qué tipo de monumento se colocaba, La Pirámide símbolo del pasado pesquero de la playa de Baix a Mar o bien la escultura de Bartolozzi.
La decisión municipal fue la de activar una consulta popular para que fueran los vecinos los que decidieran. Y el resultado de los votos fuera la opción que se reactivaría en el frontal marítimo de la ciudad.
Ayer, y tras muchos meses de trabajo, se presentó la consulta popular que empezará el día 30. Bajo la pregunta «Què hi vols, al Bloc?», los torrenses empadronados o los que tienen segunda residencia podrán escoger entre los dos monumentos y en la web para votar están las características y el coste que supondrá a las arcas restablecer uno u otro monumento dentro de un año.
El alcalde Eduard Rovira explicó ayer que la consulta era «un compromiso del mandato» y que la tardanza en convocarla fue por motivos de seguridad jurídica. La web tiene incorporados a los vecinos empadronados mayores de 16 años (hasta marzo), pero también identificará a aquellos que pagan el IBI de alguna propiedad de segunda residencia. Estos deberán primero inscribirse para que la base de datos del censo los incluya. Así la cifra de votantes estará entorno a los 15.000 electores, según cálculos estimativos del consistorio.
La consulta será telemática, pero el Ayuntamiento ha dispuesto de seis puntos físicos (Ayuntamiento, biblioteca Mestra Maria Antònia, Oficina de Turisme, biblioplaya, pabellón municipal y Patronat Antoni Roig) «para que las personas con más dificultad en usar internet para poder emitir su voto tengan –en horarios limitados– facilidades y ayuda del personal que está en estos espacios públicos», explicó la concejala de Participación Ciudadana, Marga Rovira.
Sin límite de votos
La votación durará dos semanas y es una empresa especializada la que contabilizará las decisiones de los participantes. La consulta decidirá cuál de los dos monumentos se erigirá en el Bloc y como recordó el alcalde «no habrá un mínimo de participación para tomar la decisión». Una vez escrutado el resultado, habrá una opción ganadora. Solo en el hipotético caso de que haya un empate, sería el pleno municipal el que debe decidir por una de las dos opciones presentadas.
Dinero y plazos
El coste de los dos monumentos no es igual. La Pirámide tiene un presupuesto inicial de 45.800 euros y unos 10.000 más de mantenimiento cada cinco años. El caso de Alfa i Omega, la cifra se dispara a los 153.500 € y una partida de 20.000 más en mantenimiento cada lustro.
Ante la incógnita de qué votará la gente, el Ayuntamiento activará en junio una modificación de crédito para poder iniciar la redacción y licitación de la obra ganadora. De La Pirámide, la información se sacará de los archivos y de Alfa i Omega se dispone del proyecto original de Bartolozzi. No obstante, sea cual sea la opción escogida se buscarán materiales que sean más resistentes al mar y salitre. La idea es que la nueva escultura se coloque en el Bloc a lo largo de 2023.