Ustedes son un matrimonio francés que se va de vacaciones a Cambrils. Salen desde Francia por la mañana y llegan a la AP-7 a la altura de Altafulla sobre las 12.00 horas.
Allí les espera, sin comerlo ni beberlo, una cola de cinco horas. Así lo explicaba la mujer al Diari. Lo hacía en francés, pero, ante la duda de no ser entendida y a sabiendas de que hablaba con periodistas, levantaba la mano con los cinco dedos estirados para que quedara claro cuánto tiempo llevaba allí.
Como ellos, otro matrimonio, en este caso alemán, se dirigía hacia Peñíscola. Habían salido de Blanes, lugar de paso, para dirigirse ya hacia la Comunidad Valenciana. No obstante, llegaron a la AP-7 a su paso por Altafulla a las 11.00 horas y allí estuvieron hasta las 17.00 horas. Ellos y su caravana con motos de agua.
Los agentes de los Mossos d’Esquadra que allí estaban presentes les indicaban que, a causa del riesgo por lluvias torrenciales e inundaciones, el Govern de la Generalitat había activado una serie de restricciones.
Estas incluían el cierre parcial de algunas carreteras desde las 06.00 horas hasta medianoche, entre ellas la AP-7, una vía muy transitada tanto por coches como por camiones de transporte de mercancías. Finalmente, el tráfico se restableció alrededor de las 18.00 horas. Había colas de hasta ocho kilómetros desde Roda de Berà.
José, transportista atrapado desde las 09.00 horas de la mañana hasta por la tarde, decía que «lo hacen con buena intención, pero la cagan», refiriéndose a las restricciones de movilidad y al corte de las carreteras. Venía desde Francia y debía llegar hasta la Comunidad Valenciana.
«Lo hacen con buena intención, pero la cagan», José, transportista
Los Mossos que controlaban los accesos a la autopista explicaban que los vehículos que podían pasar son los que iban hacia Tarragona ciudad, además de los vehículos de transporte de pasajeros, alimentos o mercancías peligrosas.
En el caso del resto, podían retirarse al área de servicio Mèdol o bien quedarse en Torredembarra o Altafulla hasta que finalizaran las restricciones.
Durante el día, han llegado a registrarse hasta ocho kilómetros de colas en la autopista desde Roda
Roger estaba parado desde las 08.00 horas: «La carretera está seca», argumentaba por la tarde. «Decían que había un paso alternativo, pero, de momento, no lo he visto», añadía, a la vez que expresaba que su intención era la de volver a casa.
Por su parte, Veselin, de Bulgaria, explicaba que debía haber descargado en el Port de Tarragona dos horas antes, pero que no pudo por el corte. Transportaba mercancías desde una compañía ubicada en Italia.
«Lo que ha pasado en Valencia aún está muy reciente», Jorge, transportista
Desde Barcelona, bastante más cerca, venía Jorge, que transportaba grupos electrónicos y que debía llegar a Valencia: «Lo que ha pasado allí aún está muy reciente», comentaba resignado. En esta línea, Héctor, con salida en Castellbisbal, destino en Montbrió del Camp y parado desde las 09.00 horas, opinaba que «tienen que avisar con más antelación y hacerlo de otra forma».
Y es que otro transportista preguntaba «¿qué ha pasado?». «¿Qué inundaciones?», repreguntaba al no ver lluvias torrenciales. Un sentir parecido al de la mayoría de conductores, indignados y confusos ante los cortes.