Más de setenta años después de que quedara despoblado, el pequeño núcleo de Castelló, en Vandellòs i l’Hospitalet de l’Infant, ha estado habitado por medio centenar de personas durante este mes de julio.
La razón ha sido que, enmarcado en los Camps de Treball de la Generalitat, unas actividades de voluntariado que consisten en realizar proyectos y servicios en una comunidad, la Associació Masia de Castelló acogió esta iniciativa, pedagógica y de convivencia, para llevar a cabo ‘Castelló, on el passat reviu’.
Se trata de un proyecto de reconstrucción del pueblo en el que, durante cuatro semanas, 24 chicos y chicas, de entre 14 y 17 años, cada quincena, se dedicaron a realizar trabajos para mantener y reconstruir la Masia de Castelló y su entorno, a la vez que vivieron una experiencia inolvidable.
Los jóvenes, provenientes de todos los rincones de Catalunya, y acompañados por un equipo de monitores, pasaron unas semanas viviendo en el pueblo en las que conocieron y se integraron en un nuevo entorno, adquiriendo una práctica disciplinada de trabajo en equipo y convivencia.
Los trabajos realizados consistieron en tareas de conservación, mantenimiento, cultivo, limpieza y cuidado del pueblo, además de la faena principal, el arreglo de márgenes de piedra seca.
Se rehabilitaron dos muros con esta técnica constructiva tradicional, uno en la entrada del pueblo y otro en la parte alta. Para ello, contaron con un técnico especialista que enseñó el procedimiento y dirigió las tareas.
Además de los trabajos técnicos, los chicos y chicas también hicieron actividades complementarias y de ocio. Hicieron excursiones, fueron a la playa, a la piscina, disfrutaron de fiestas de agua, baños de barro, visitas al Centre d’Interpreació de l’Oli y al Hospital de l’Infant Pere, además de numerosas dinámicas y juegos de cohesión.
Ayer fue el último día del Camp de Treball y los dos muros, gracias al esfuerzo de todos, acabaron perfectamente levantados. Para los jóvenes, esta fue una experiencia enriquecedora y muy productiva. Se fueron habiendo aprendido una infinidad de cosas nuevas en un ambiente que les permitió conectar con la historia y el patrimonio local.
Desde la asociación reconocen que, además de ser una actividad positiva pensada para que los chicos disfruten adquiriendo nuevas habilidades y conocimientos, logran dar a conocer la Masia de Castelló a mucha más gente. Este año, recibieron más de 400 solicitudes de jóvenes para participar en el proyecto; esto es una muestra de que aún hay quien se interesa por la recuperación de sitios, aparentemente, abandonados.
Ya están pensando en qué materia centrarse para la realización del Camp de Treball del año que viene «en función de lo que tenemos y lo que necesitamos», comenta Conrad Solé, miembro de la asociación, quien añade que «en la Masia siempre hay cosas que hacer, al final, el objetivo es recuperarla para hacer actividades culturales, educativas y del medio natural para mantener viva la historia del pueblo y preservar el espacio».