Carreteras, aceras, árboles y fuentes de Salou continúan cubiertos de confeti una semana después de la celebración del Cós Blanc.
El pasado 1 de febrero, Salou vivió una de sus noches más esperadas de la Festa Major de invierno, una celebración que atrajo a más de 50.000 personas y que se ha consolidado como uno de los eventos festivos más importantes de la Costa Daurada. Durante la fiesta, 25 toneladas de confeti biodegradable fueron lanzadas al aire, creando un espectáculo visual que cubrió el cielo de colores y desató la alegría de locales y visitantes.
A pesar de que el equipo de limpieza municipal se puso manos a la obra inmediatamente después del evento, las calles de la ciudad siguen cubiertas de papeles de colores ocho días después. La gran afluencia de público ha hecho que el confeti no solo se quedara en el centro del evento, sino que se extendiera por diferentes rincones de la ciudad.
Las zonas más afectadas son las cercanas al paseo Jaume I, considerado el epicentro del Cós Blanc. Sin embargo, el confeti no se ha limitado a esta área. Las miles de personas que participaron en la fiesta llevaron, sin querer, estos pequeños papeles de colores en su ropa, bolsos y zapatos hacia sus hogares, lo que ha hecho que barrios más alejados también luzcan los restos de la fiesta.
El fenómeno incluso ha trascendido las fronteras de Salou. Ciudades vecinas como Cambrils, Vila-seca y Tarragona han visto aparecer confeti en sus calles y aceras.