Es una lengua de agua natural que desemboca en el mar en Calafell cuando no está cerrada por la arena.
Incluso hay un proyecto para naturalizar sus márgenes con especies vegetales autóctonas de ribera, aunque ese proyecto se anuncia hace años pero no acaba de activarse.
En todo caso lo que debería ser un espacio que tiene un gran valor ecológico especialmente por encima de la vía del tren, es también un lugar donde los incívicos lanzan todo tipo de residuos.
Concienciación
Este sábado la Associació de Pesca Esportiva Penedès Garraf organizó una recogida de residuos en la iniciativa ‘1 m2 por las playas y los mares’ para concienciar sobre la necesidad de mantener limpios los ecosistemas costeros.
Un grupo de voluntarios recogió basura de la playa y el puente del Estany. Aunque fueron menos kilos que los recogidos el pasado año todavía se sacaron 11,6 kilos entre latas, botellas, plásticos y colillas. El pasado año fueron 48 kilos.
Sorprendió la gran cantidad de colillas. Sólo de este residuo que además es especialmente perjudicial para el ecosistema costero y que tarda décadas en descomponerse se retiró 1 kilo.
Acaban en el mar
Si aproximadamente una colilla pesa 0,2 gramos son unas 5.000 colillas en ese corto espacio de playa y los márgenes de la lengua de agua.
Los organizadores destacan que junto a la riera hay muchos grupos que se concentran a fumar ya beber y tras esos encuentros abandonan todos los residuos.
En todo caso la iniciativa sirvió para retirar esos residuos de la costa que suelen acabar en el mar.
Un informe del Instiituto Español de Oceanografía destaca el peligro de las colillas para el ecosistema marino.