Que no se me enfade el reelegido alcalde Pere Segura por destacar la anécdota del pleno de investidura de ayer en el Ayuntamiento de Vila-seca. Una sesión que fue seguida por más de un centenar de personas en diferentes dependencias del consistorio y otras decenas más por el canal de youtube activado para la ocasión.
Y digo que no se me enfade porque en un pleno tan simbólico, organizado dentro de un corsé de discursos pomposos y en el que los aplausos fueron más sonoros o cuantiosos en función de las siglas y los simpatizantes presentes, el factor que rompió el aura institucional fue que uno de los tres hijos del alcalde se quedó en duermevela cuando hablaba su padre.
El padre paró de hablar y pidió que lo despertaran. Se sacó una ocurrencia para que el respetable sonriera y terminó el discurso en aquella parte más sentimental del mismo, en la que se agradece a la familia el sacrificio diario.
Más allá de la anécdota, Vila-seca empezó ayer una legislatura con muchos retos. Lo recordó el alcalde, que esta vez podrá tomar decisiones con la tranquilidad que ofrece la mayoría absoluta: 13 de los 21 ediles son de su partido. Una victoria en las urnas que recuerda las épocas pretéritas de Josep Poblet, el mentor del actual alcalde.
La ciudad entra en esta legislatura en un escenario transformador, empezando por el frontal marítimo de La Pineda, la ciudad deportiva que está en obras, la movilidad y el tranvía que debe llegar y sin olvidarse de la redacción de un POUM que pretende ser tan válido como el vigente, que es de un lejano 1993.
Pere Segura explicó que apuntala la legislatura en tres pilares: honestidad, transparencia y responsabilidad. Y terminó de hablar, tras la ovación recibida, convocando un pleno para esa misma tarde.
Antes de Segura, hablaron por orden de menor a mayor número de votos los portavoces de los partidos que configurarán el pleno de esta legislatura: ERC, Vila-seca en Comú, Vox, PSC y finalmente, Vila-seca Segura. Y como era de esperar la irrupción de Vox provocó que se hablara de lucha contra el fascismo, racismo, homofobia, xenofobia... y también de la defensa de la unidad nacional, la falta de seguridad, la lucha contra las okupaciones...
El pleno empezó con puntualidad suiza y el secretario general de la corporación, Ignacio Río, fue el maestro de ceremonias. Entre los asistentes, uno de los más nombrados fue el exconcejal Xavier Farriol, que hasta ayer ejercía de responsable del área de Hacienda. Y quizá la persona más nerviosa de la sala, aunque no se le notó, fue la concejala de mayor edad, Esmeralda Núñez, que se convertiría en abuela ede un momento a otro.