Siempre que se habla de la Festa del 30 d’Octubre viene a la memoria una fecha trascendental: el 30 de octubre de 1989, el día que Salou conseguía la autonomía municipal y materializaba, por tanto, la categoría de pueblo de pleno derecho.
¿Qué representa esa fecha del 30 de octubre?
Este es un recuerdo y reconocimiento a todo un pueblo que durante mucho tiempo luchó por tener un Salou libre. Al final, tras una serie de recursos e instancias judiciales, le fue otorgada la segregación. Fue el anhelo de todo un pueblo. Es también un momento de agradecimiento a los ciudadanos de Salou por haber logrado la finalidad de que fuera un municipio independiente. Fue un esfuerzo de todos y fueron muchos los que firmaron el acta para pedir la segregación.
¿Cómo vivió usted aquel momento histórico?
Coincidiendo con aquella época, yo estudiaba Derecho. Yo creo que aquella resolución era de justicia porque cumplíamos con todos los requisitos para que fuéramos un municipio independiente. También participaba en actos de reivindicación, junto con otras muchas personas, yendo a las puertas del Palau de la Generalitat para decir en aquel momento: «Ni un pam». Nosotros sabemos lo que quiere decir esa expresión.
¿Encontraron incomprensiones en aquel momento?
Sí, las encontramos. Especialmente en una manifestación que hicimos en Barcelona y que eso de la segregación no les gustaba nada. Pero siempre supimos que era una cuestión de justicia y que nos acabarían dando la razón.
Desde aquel entonces, ya han pasado 30 años. ¿Cómo ha evolucionado Salou en este tiempo?
Para empezar, Salou ha crecido notablemente en población. Hoy en día tenemos una población estable de 28.000 habitantes y, por tanto, se ha producido la consolidación de aquel núcleo. Ahora Salou es una ciudad muy importante a nivel de Catalunya y de España. Somos una ciudad con una economía que se basa en el turismo pero que ha generado también alta calidad de vida para sus vecinos. Hay que mirar 30 años atrás en perspectiva para ver cómo estábamos y cómo estamos ahora. Tenemos buenos servicios que lleva a cabo la administración pública.
¿La clave de esa mejora es la administración pública?
La construcción de un pueblo no es sólo la administración. El día a día de un pueblo magnífico como Salou es gracias también a su sociedad civil, que es muy emprendedora y muy trabajadora. Tiene características muy positivas, como por ejemplo que es muy tolerante, acogedora... Somos gente de muchísimas procedencias y eso hace que la ciudad esté muy enriquecida. Pero tenemos un sentimiento profundo a todos que nos une, y ese sentimiento es Salou.
Eso entronca con el pregón que ofreció el actor William Miller, en el que resaltaba la buena acogida que tuvo cuando llegó con 11 años.
Sí. Al poco tiempo de estar aquí, cualquier persona llegada a Salou ya se considera un salouense más. Somos abiertos. Es un valor propio de la sociedad salouense. El ejemplo de William Miller es el de una generación que en su niñez o adolescencia conoció los momentos alrededor de los cuales se produjo la segregación de Salou. Son una generación de jóvenes que han conectado muy bien con la localidad. Y William es, sin duda, un estandarte de Salou. Ellos son el futuro de la sociedad salouense.
Respecto a ese futuro, y tras las dramáticas lluvias de la semana pasada, ¿qué supondrán las obras del barranco de Barenys?
De momento, lo que puedo asegurar es que las obras estarán acabadas en esta legislatura. Pudo haber estado hecho antes pero la sentencia del TSJC sobre el cambio de la Q-200 a la Q-500 lo cambió todo. Eso supuso un gran retraso pero que confiamos en que las expropiaciones comiencen en breve para después adjudicar los trabajos de demolición y construcción de la canalización que debe evitar las inundaciones en el barrio de la Salut. Es una infraestructura importante de futuro inmediato y nosotros no renunciamos a dotar a Salou de infraestructuras para potenciar el turismo.
Entre ellas está también la futura estación de tren.
La estación definitiva la veremos también en esta legislatura municipal. Se está trabajando muy deprisa y veo que el Gobierno central, que es quien la debe ejecutar, se está espabilando en ese aspecto. De momento, la provisional entrará en funcionamiento en breve.
Por último, varias calles como Carles Buïgues o un tramo de la calle Barcelona pasarán a ser peatonales.
Dentro de un año empezarán las obras para peatonalizar toda la calle Carles Buïgues. Es un proyecto que llevaba años esperando. También estudiamos la peatonalización parcial de la calle Barcelona y del Passeig Miramar.