La pasión por la Vespa es algo que va mucho más allá del amor hacia la mítica moto italiana. Es un estilo de vida. Una forma de conocer el mundo y de relacionarse. De disfrutar de la cultura y del entorno, a lomos de un icono. Así es como lo viven los integrantes del Vespa Club Baix Gaià, que este sábado han montado una gran fiesta en Altafulla para celebrar su primer aniversario.
Medio centenar de amantes de la Vespa de toda Catalunya se han apuntado al encuentro. Modelos actuales, pero también clásicas y algunas con sidecar completaron la ruta con la que arrancó la celebración a primera hora. Un viaje de Altafulla hasta Santes Creus por carreteras y paisajes pintorescos del Baix Gaià. Entre los participantes, personas llegadas de toda la provincia, desde Amposta hasta Torredembarra, pero también de Girona, de Lleida y de Barcelona.
Al regresar, el Parc del Comunidor ha sido el epicentro de la celebración, con música non stop a cargo de djs y varios grupos, sorteos, vermut y una comida de hermandad. A lo largo del día, decenas de personas se han acercado a ver de cerca las diferentes Vespas que se han expuesto en el parque. Desde los más frikis, que no pierden detalle de cada ejemplar, hasta curiosos que llegaron atraídos por la música y se contagiaron del ambiente.
En su primer año de vida, el Vespa ClÓb Baix Gaià suma una treintena de socios que comparten salidas mensuales para conocer el territorio. Uno de ellos es Òscar Guayabero, que explica que «para nosotros la Vespa es una mezcla de moto, música y territorio. Descubrimos zonas del Gaià que no conocíamos. Cada ruta la prepara alguien diferente, buscando lugares chulos y es nuestra forma de conocer el territorio».
Después de la fiesta de este sábado, que se ha alargado durante mas de doce horas, la intención del club es poder repetir este aniversario todos los años para convertir Altafulla y el Baix Gaià en un punto de encuentro para los amantes de la Vespa.
