Hace años que el Penedès Marítim, desde El Vendrell a Cubelles, reclama que la C-32 sea una ronda litoral que evite cruzar con la C-31 por el centro de núcleos urbanos densamente poblados.
Además de la afectación ambiental por ruidos, humos y colapsos, es un peligro ya que los vecinos deben cruzar a diario la carretera y de manera demasiado repetitiva hay atropellos.
Los municipios tienen planificado transformar esa carretera en avenidas con aceras anchas y arboladas en forma de bulevar para que la hoy travesía pase a ser una agradable calle urbana. Pero para ello la Generalitat tiene que hacer un traspaso de la vía a los municipios.
Y eso es difícil porque la C-31 es una de las carreteras de la red principal y no hay un alternativa. Sería la C-32, pero para ello debe ser gratuita. Con la medida aplicada desde este lunes los municipios esperan que pueda hacerse esa reversión.
De momento, mientras no llega, en municipios como Cunit se construyó un criticado muro de new jerseys para evitar que los peatones cruzasen por cualquier lugar y sólo pudiesen hacerlo por los pasos de cebra habilitados.
También se incrementó la señalización con radares pedagógicos que indican a la velocidad que circula un conductor. Porque uno de los problemas es el exceso de velocidad de algunos
Semáforos
En Calafell se planificó crear una vía urbana entre la rotonda de la Cruz Roja y Segur de Calafell con aceras y arbolado.
De momento se ha habilitado un nuevo paso de cebra y hay otro previsto con un conjunto semafórico a la altura de la escuela Vilamar.
Sin embargo la reivindicación sigue siendo sacar la C-31 de los centros urbanos para una mayor seguridad y calidad de vida de los vecinos. Por esa travesía circulan a diario más de 20.000 vehículos.