Fundada en 1994, la Asociación Cultural Aragonesa de Salou nació gracias a la iniciativa de cuatro aragoneses que, en un momento de gran presencia de maños en la capital de la Costa Daurada, decidieron poner en marcha un centro aragonés en la localidad.
La razón de ser de la entidad es, tal y como explica su vicepresidente, Óscar Sánchez –nativo de Los Fayos, Zaragoza–, «mantener nuestras tradiciones en el exterior y conservar la cultura en el pueblo en el que vivimos». Así, los impulsores de la asociación llevaron a cabo los trámites para constituirse, de manera oficial y reconocida por el Gobierno de Aragón, como centro aragonés en el exterior.
Su actividad gira en torno a las festividades populares aragonesas y a la cultura de la región. Sus actos más destacados son la celebración del Pilar –patrona de Zaragoza y de Aragón–, el día 12 de octubre, San Lorenzo –patrón de Huesca–, el 10 de agosto, o San Valero el 29 de enero, entre otros. Estas fechas se celebran con misas aragonesas y festivales de jotas.
La asociación también colabora en actos organizados por otras entidades. Actualmente, por ejemplo, el grupo de jotas sigue ensayando tras el Pilar para la celebración de una misa extremeña organizada por el Centro Extremeño de Reus. José Antonio Ibáñez, presidente de la asociación, afirma que «la relación con las entidades locales es muy buena y colaboramos juntos siempre que podemos».
Dificultades para reactivarse
Sin embargo, toda la actividad de la entidad se ha reducido drásticamente en los últimos años. La pandemia fue uno de los detonantes. La crisis sanitaria obligó a cerrar el centro y a cancelar todos los actos durante más de dos años. «Tenemos a muchos socios que son gente mayor y no nos podíamos arriesgar», explica Sánchez.
Pero la pandemia no es la única causante de la situación. Ibáñez asegura que «con los años, se va perdiendo el interés. Hemos llegado a tener 200 familias y ahora apenas llegamos a 50». La razón principal, no obstante, es la delicada situación económica de la entidad.
Por una parte, las subvenciones que percibía la asociación «se han reducido en un 60%», estima Ibáñez, quien asegura que «el Ayuntamiento no nos concede subvención desde el año 2019, mientras que la del Gobierno de Aragón se ha reducido». Esta circunstancia obliga a disminuir la actividad, lo que provoca bajas entre los socios que, sumadas a las que se dieron debido a la pandemia, son causa de la situación actual. La falta de socios, por su parte, implica también una reducción de los ingresos, por lo que no hay fondos para realizar toda la actividad que se querría hacer.
Muchas de las celebraciones que se realizaban, excursiones para los socios, calçotadas, encuentros de centros aragoneses... han tenido que dejar de hacerse. La celebración del Pilar del pasado día 12 ha sido el primer acto de la asociación desde el estallido de la pandemia. Sin embargo, ese acto tuvo un gran éxito, con más de 600 personas siguiéndolo.
En este sentido, Sánchez afirma que «la cultura aragonesa ha sido muy bien recibida y está integrada en Salou, somos muy conocidos en el pueblo». Asimismo, Ibáñez asegura rotundamente que «aquí no cerramos las puertas a nadie, al contrario». Para ser socio, no se requiere ser de origen aragonés, todo el que quiera puede participar y colaborar.
En cuanto a los actos futuros, la entidad espera participar en la Festa Major d’Hivern, como cada año. Su intención es hacer coincidir el acto de la fiesta con un concierto de jotas en homenaje a Javier Sanz, profesor del grupo, que falleció a causa de la pandemia. Para ello, la entidad reclama «el apoyo de todos los aragoneses y no aragoneses del pueblo, para poder reactivar la actividad y recuperar aquello que fuimos como entidad hace años, con todos los socios poniendo su granito de arena».