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Desconocían la historia de Gernika. Cuando la Legión Cóndor enviada por Hitler para apoyar a Franco durante la Guerra Civil asoló la localidad vasca un 26 de abril de 1937.
También han sabido que Picasso inmortalizó lo que es un símbolo de la sinrazón y contra la barbarie de las guerras sobre la población civil. Sin embargo también un clamor para reivindicar la paz.
Pero al ver la obra plasmada en uno de los muros del búnker de la playa de Les Madrigueres de El Vendrell, los ucranianos que han tenido que alojarse en el albergue de Santa Maria del Mar de Coma-ruga intuían que esos trazos tenían un significado especial que desde hace unos días también les representa.
Como todas
Kiev, Mariupol, Volnovaja, Zaporiyia y tantas otras localidades han pasado a estar plasmadas en la obra de Picasso. Como Sarajevo, como Alepo. Como Corbera d’Ebre. Todas en el muro del búnker de Les Madrigueres. Como símbolo de que no se ha aprendido nada.
Los ciudadanos ucranianos que están acogidos en el albergue de Coma-ruga fueron sorprendidos por la guerra pasando unos días en Barcelona. Para conocer la obra de Gaudí, para una semana de vacaciones. Para ir de rebajas o conocer el Carnaval. Lo que hace cualquiera que puede tener unos días de descanso. Pese a la tensión del país desde hace años todo se vino abajo en cuestión de horas.
Y se vieron atrapados sin poder regresar a su país. Con lo puesto. Con lo que cabe en una maleta de fin de semana. Con sus familias, amigos, casas, trabajos y negocios a miles de kilómetros y bajo las bombas.
Refugios
Entendieron el Gernika con sólo mirarlo. Este sábado el grupo que está en Coma-ruga salió a dar un paseo. Para intentar airearse junto al mar. Les habían hablado del búnker de Les Madrigueres y hasta allí les acompañó la concejal Bárbara Peris.
Al ver la obra de Picasso plasmada en el muro, casi sin que les explicasen el significado supieron entenderlo. Cuando se les narró el ataque sobre Gernika pensaron en que sus familias seguían pasando las noches en los refugios. Sin agua, sin luz, bajo las bombas. Con miedo. Lo que veían en la obra de Picasso.
Por eso quisieron fotografiarse junto al Gernika. Con su bandera azul y amarilla. «La bandera de paz», explicaban. Preguntaban qué ocurrió en Gernika, pero ahora nada que no sepan de manera muy directa.
Las noticias que reciben de sus pueblos y ciudades son cada menos y peores. Con la desesperación de lo que encontrarán si algún día pueden regresar. Mayores y pequeños escuchaban el simbolismo del cuadro.
Pese a la corta de edad de los niños, hijos de ciudadanos asentados en Barcelona pero que quisieron acompañar y dar apoyo a los ucranianos de Coma-ruga, escucharon con atención miraban con detalle el Gernika. Con unos ojos demasiado maduros para su edad.
Los mayores preguntaban por cada detalle del cuadro plasmado en el búnker. La mujer con el niño muerto, la brutalidad del toro, el caballo desbocado y enloquecido que Picasso dijo que era la España franquista, la mujer en llamas, la paloma... Nada diferente a Kiev, Mariupol, Volnovaja o Zaporiyia.