Cambrils es uno de los tres municipios catalanes que forma parte de una prueba piloto impulsada por la Generalitat para mejorar la seguridad de los bañistas.
Esta prueba consiste en obtener datos en tiempo real del estado de las playas. Estos datos se podrán comparar con los que faciliten desde el servicio de socorrismo que dispone cada municipio. Según explican desde el consistorio, se podría validar la eficacia del sistema automático y determinar si las condiciones para bañarse son seguras o no.
Para poder obtener los datos se han instalado dispositivos de medición del oleaje en las boyas de balizamiento. Los equipos envían los datos al Departament d’Interior, los cuales se muestran en el Visor del estado de las playas (herramienta de la Generalitat) y en una aplicación que pueden disponer los propios municipios.
Las boyas de balizamiento cuentan con dispositivos de medición del oleaje
Si la prueba piloto resulta satisfactoria, es decir, si se comprueba que las mediciones y el envío de datos funcionan correctamente, se estudiará establecer un sistema de avisos a los bañistas en aquellos lugares o municipios donde no hay servicio de vigilancia, especialmente en las playas y calas con mayor aforo.
Este sistema de avisos consistiría en la instalación de un prototipo de semáforos que indicarían el estado del mar por colores, los mismos que correspondería si hubiera una bandera. De esta manera, el color del semáforo indicaría si el baño es apto (verde), no es óptimo (amarillo), o si está prohibido (rojo).
En septiembre
Este semáforo, que podría probarse en septiembre, se instalaría en espacios cercanos y visibles de estas y otras playas o calas próximas que no cuentan con vigilancia o incluso fuera de los horarios del servicio de socorrismo.
Además, también permitiría que el gestor municipal cambiara el color del semáforo por otros motivos que no fueran el oleaje, como la contaminación del agua, la presencia de medusas u otras circunstancias que pudieran dificultar o impedir el baño.