Solo queda una semana para que los trenes dejen de pasar entre Tarragona y Sant Vicenç de Calders con motivo de las obras en el túnel de Roda. A partir del 1 de octubre, y durante cinco meses, los miles de viajeros que viajan a diario entre las comarcas de Tarragona y Barcelona dispondrán de 87 autobuses que completarán hasta 600 trayectos diarios para llegar a la estación de Sant Vicenç de Calders, que se convertirá en el epicentro de las líneas de Rodalies que enlazan con el sur.
A pesar de que en un primer momento no estaba previsto, los usuarios del tren en Vila-seca dispondrán finalmente de servicio alternativo por carretera que conectará de forma directa con la estación del Baix Penedès. La presión ejercida por usuarios y Ayuntamiento hizo que Renfe replanteara los planes iniciales e introdujera a Vila-seca –y también Cambrils– como punto de parada de los autobuses que llevarán a los viajeros hasta Sant Vicenç para seguir desde allí su trayecto hacia Barcelona.
Con el objetivo de facilitar la movilidad y, teniendo en cuenta el gran movimiento de autobuses y viajeros previsto, consistorio y Renfe han acordado que los autobuses del servicio alternativo hagan parada en el polígono Alba, al otro lado de la estación de tren. En concreto, el Ayuntamiento ya ha señalizado un tramo de la calle Vila dels Olzina que se encuentra junto al puente peatonal que cruza las vías. Asimismo, se ha cerrado a los coches el solar que hay al lado de los andenes y que servirá para que los viajeros vayan desde la estación al polígono a pie.
Cada día partirán hasta 30 autobuses desde Vila-seca en dirección a Sant Vicenç de Calders, desde las 5.32h de la mañana, hasta las 22.14h que saldrá la última expedición. De ellos, diez tendrán una parada previa y saldrán desde la estación de Adif en Cambrils. De vuelta habrá 20 frecuencias desde Sant Vicenç hacia Vila-seca, nueve de las cuales seguirán hasta Cambrils. El trayecto durará 40 minutos por carretera desde Vila-seca y 55 desde Cambrils.
Se da la circunstancia de que los usuarios cambrilenses tardarán lo mismo en llegar que los de L’Hospitalet de l’Infant, donde sí se han programado autobuses directos con una decena de frecuencias en cada sentido.
En la estación de Sant Vicenç de Calders, habrá cuatro trenes cada hora que llegarán hasta Barcelona en entre 45 minutos –los que van directos– y algo más de una hora, según el horario publicado por Renfe.
Altafulla y Torredembarra
Dos de las localidades con más tráfico de autobuses durante el parón serán Altafulla y Torredembarra, que dispondrán cada día de hasta medio centenar de frecuencias por cada sentido. Para poder asumir todo ese tránsito, ambos municipios han adaptado paradas provisionales para dar servicio a los usuarios del tren durante estos cinco meses.
En el caso de Altafulla, los autobuses del servicio alternativo aprovecharán las paradas de la antigua N-340 a lado y lado de la carretera. Aquí, el consistorio ha acondicionado el aparcamiento de los antiguos cines Les Bruixes para los usuarios que lleguen en transporte privado. De la misma forma, el Ayuntamiento de Torredembarra está habilitando un solar junto a la estación de tren para facilitar la llegada y salida de convoyes, con una capacidad máxima para nueve autobuses a la vez.