Después de un mes de julio más flojo de lo previsto, el sector turístico de la Costa Daurada está recuperando las sensaciones este agosto. Un mes que se está comportando «con normalidad» y con ocupaciones que rozan el lleno prácticamente en todos los alojamientos. El pico de la campaña de verano, además, ha coincidido en esta ocasión con un puente por el 15 de agosto, lo que ha tenido un efecto clave para colgar el cartel de completo en muchos de los hoteles, campings y apartamentos de la zona.
Aunque las reservas a estas alturas del verano ya se sitúan en cifras de máximos, en los últimos cuatro días, el sector ha podido completar las plazas que quedaban vacantes gracias al turista de proximidad.
Así lo explica Xavier Guardià, portavoz de la Federació Empresarial d’Hostaleria i Turisme de Tarragona (FEHT), que cifra la ocupación durante estos días alrededor del 95% de las camas disponibles. Una media que engloba todas la tipologías de alojamiento y tanto las zonas de costa como de interior. «Es difícil hacer una media exacta, pero las sensaciones es que se roza el lleno en todas partes, aunque no podemos decir que estamos al 100%, porque eso es imposible», afirma Guardià.
Desde la FEHT aclaran que, en plena temporada alta, la influencia de los visitantes de fines de semana o de puentes no es tan determinante para la ocupación. Además, en esta época muchos alojamientos no suelen ofertar noches sueltas como en el resto del año y las estancias suelen ser largas. Aun así, Guardià reconoce que «este puente ayuda a llegar al completo y vender lo que quedaba en los alojamientos. Hay gente que no tiene todo el mes de vacaciones, pero es un festivo importante y, quien puede, sí que se escapa tres o cuatro días».
Las reservas del puente han ayudado a llenar las plazas vacantes que quedaban, gracias sobre todo a visitantes de Catalunya, la cuenca del Ebro y el sur de Francia.
Respecto al perfil de este visitante de última hora, el portavoz de los empresarios del alojamiento apunta que se trata básicamente de cliente de proximidad y, en muchas ocasiones, repetidor. «Es un turista que viene unos días de nuestros mercados más básicos, como son el aragonés, el catalán, el vasco o, en menor medida, el francés. Se trata de un tipo de reserva de última hora que se ajusta a la oferta que queda y que ayuda a alcanzar la plena ocupación en estos días», concreta.
Para lo que queda de temporada alta, desde la Federació son optimistas y parece que septiembre lleva un buen ritmo de reservas, tras el bache que supuso julio. No obstante, todavía es pronto para lanzar las campanas al vuelto, ya que hay dos factores determinantes para los resultados finales: por un lado, el gran porcentaje de reservas de última hora y, por otro, el incremento de las cancelaciones. Este es un fenómeno que desde la FEHT vienen detectando a raíz de la pandemia y que también condiciona las previsiones del sector.
La flexibilidad para cancelar que ofrecen los portales de venta en línea hace que «los departamentos de reservas tengan mucho movimiento durante toda la temporada. Eso antes no pasaba, era más estático. Si alguien reservaba, venía», señala Guardià. Ahora, es habitual que el turista cambie de destino si encuentra una oferta y cancela días antes de venir o que lleguen reservas de último momento de personas que habían planeado viajes a otros destinos de la competencia.
«Las sensaciones son buenas, pero es imposible saber cómo va a ir. El empresario ya no mira las reservas a un mes vista, sino sólo a 10 o 15 días», zanja el representante de la FEHT.
La turoperación británica se acerca a cifras del 2019
Una de las preocupaciones de los empresarios turísticos era cómo se iban a comportar este año los turoperadores británicos, una parte muy importante de la actividad alojativa de la Costa Daurada. Tras perder por completo el mercado ruso, que también llegaba en más de un 90% a través de turoperadores, este verano las cifras de visitantes británicos que llegan a través de turoperación se acerca a las de 2019. «Esta es una muy buena noticia», reconocen desde la FEHT, ya que la competencia de mercados en este tipo de turista es enorme.
El Aeropuerto de Reus, que recibe buena parte de estos visitantes, registró en el mes de julio 175.478 pasajeros, un 8,5% más que el mismo mes de 2022, según datos de Aena.
