Hasta 70 personas se han reunido esta mañana de jueves en el número 87 de la T-214 conocido en Torredembarra como Les Naus. Se trata de unas edificaciones industriales abandonadas propiedad actualmente de Anida Operaciones Singulares SA, pero que desde 2014 fueron ocupadas por diferentes colectivos para realizar actividades culturales: biblioteca, charlas, presentación de libros, sesiones de cine, asambleas... bajo las siglas CSOA (Centre Social Ocupat Autogestionat).
Estos colectivos reactivaron Les Naus y usaron su superficie antes de que la construcción estuviera en ruina y la vegetación se apropiara de ella. En 2008 la constructora quebró y las naves pasaron a un fondo de inversión sin uso y "olvidadas". Los robos fueron constantes hasta que estos colectivos de jóvenes, la mayoría antisistema, decidieron recuperar el espacio, hacérselo propio y crear allí un casal que está funcionando aunque no de forma permanente.
Hace unos meses, Anida Operaciones Singulares tuvo conocimiento que esa propiedad estaba ocupada y activó el procedimiento judicial para recuperar unas naves que ahora estaban ocupadas de forma ilegal.
El proceso terminó en sentencia que ordenaba la devolución del inmueble. La empresa pidió que se ejecutara este retorno que estaba programado para hoy a las 11 horas.
CSOA sabiendo que podían perder su base de operaciones empezó a enviar una convocatoria para que afines a Les Naus estuvieran allí y evitaran el desahucio. Se ha programado un desayuno con chocolate caliente una hora antes, a las 10, para que la gente pudiera llegar escalonadamente. Entre las 9.30 horas y las 11 horas, momento programado para el desahucio o abandono voluntario, se han llegado a reunir unas 70 personas.
Media hora más tarde, a las 11.30 horas, ha llegado la comitiva judicial. Había una representante de la empresa propietaria de las naves y una representante del Juzgado de El Vendrell. Tras hablar con la abogada Clara Solivellas, que ha ejercido de portavoz del colectivo ante la comitiva judicial, se ha alcanzado una prórroga de dos semanas para que CSOA abandone la propiedad de forma voluntaria. En caso de negarse, se activarán los protocolos necesarios, o lo que es lo mismo, la presencia de Mossos d'Esquadra para ejecutar la orden judicial.
El colectivo debe tomar ahora una decisión: abandonar el casal que se levantó en 2014 como propuesta cultural alternativa, o bien resistir hasta el día señalado para dejar vacías las naves.