La irresponsabilidad de querer tener como mascota a especies foráneas y exóticas las condena en muchas ocasiones a la muerte y, si hay suerte, a vivir el resto de sus días en cautividad.
El Centre de Recerca i Educació Ambiental de Calafell (CREAC) ha acogido a un varano del Nilo, un lagarto de gran tamaño que un joven encontró en Matadepera.
El animal, de 1,18 metros de largo y 4,45 kilos puede llegar a ser peligroso por su potente mordedura.
Originario de África, es una especie protegida internacionalmente y la tenencia del varano del Nilo está prohibida a nivel estatal. Por ello no se descarta que el animal encontrado hubiese sido liberado por su propietario al verse incapaz de mantenerlo o asustado por estar prohibida de tenencia.
Quien lo encontró llamó a los agentes rurales que se hicieron con el lagarto y tras pasar por el centro de fauna de Torreferusa de la Generalitat, se ha llevado al CREAC de Calafell especializado en la atención y recuperación de reptiles.
El lagarto ha sido desparasitado y ahora permanece en cuarentena en un terrario adaptado a sus necesidades. También se le ha implantado un chip.
Imposible liberarlo
Pero no podrá ser retornado a su hábitat natural. Es inviable devolver al ejemplar a África porque está acostumbrado a vivir en cautividad y no sabría cazar ni defenderse y además podría transmitir enfermedades.
Dani Fernández, del CREAC de Calafell señala que el ejemplo del varano del Nilo es el de la inconsciencia de querer tener animales exóticos en casa. «Ni se tienen en condiciones ni se sabe cómo atenderlos y se les condena a pasar el resto de su vida en terrarios».
Además de la irresponsabilidad de liberarlos en el medio «lo que supone condenarlos a muerte o que alguien pueda resultar herido por un mordisco». Por ello añade que en caso de tener un ejemplar en casa hay que llamar al 112 para que los rurales, que saben cómo manipular estas especies, lo hagan con seguridad. «De encontrarse uno en el medio no hay que tocarlo. Hay que llamar al 112».
El varano deberá quedarse en Calafell de manera permanente. En el CREAC han adaptado un terrario a las necesidades del animal y cuentan con espacio para cuando crezca ya que pueden llegar a 6 metros y 15 kilos.