La piscina municipal de Altafulla acaba de recuperar su actividad para el baño, propia del verano, y, en breve, reanudará otras actividades habituales, como los cursos de natación y el aquagym, tras permanecer la instalación en el dique seco el pasado verano.
Este ha sido un momento muy esperado por los altafullenses, pues cabe recordar que el año pasado se quedaron sin poder disfrutar de su piscina. Esta tuvo que ser clausurada el pasado 2023 a causa de los múltiples problemas de fugas, depuración y bombeo.
La causa ha sido la importante reforma que se ha llevado a cabo «en tiempo récord, se inició el pasado diciembre y ha concluido en junio», declaraba ayer el coalcalde de Altafulla, Jordi Molinera, en la misma piscina y ante una notable afluencia de usuarios tras la jornada de puertas abiertas del pasado fin de semana.
Los trabajos de remodelación empezaron en la primera semana de diciembre de 2023, con una duración prevista de 5 meses. Durante las obras, se realizó el movimiento de tierras y residuos del recinto, se coronó el perímetro y se sustituyó la maquinaria y tuberías de las piscinas, las cuales estaban ya obsoletas.
Una vez completadas estas labores necesarias, finalmente se pudo completar el objetivo principal, colocar un nuevo vaso dentro del originario.
Esta ha sido la opción considerada «la más idónea para eliminar las persistentes fugas de agua que veníamos soportando desde hace años», según Àlex Cañas, concejal d’Esports del ayuntamiento. A la vez, se ha procedido de la substitución de la maquinaria de bombeo, los circuitos de renovación del agua, el cambio de la instalación eléctrica e impermeabilización de la sala de máquinas.
No hay que olvidar que la piscina municipal de la calle Alcalde Pijuan se inauguró hace ahora exactamente 39 años.
Con la reforma, que ha tenido un coste de 488.000 euros, con cargo a los recursos municipales, la piscina grande mide ahora 25 metros de largo por 12,5 metros de ancho, algo menos que antes de la remodelación.
Su profundidad también se ha visto reducida, con una profundidad mínima de 1,40 m y una máxima de 1,90 m. No obstante, como sostiene Cañas, «hemos querido mantener la forma rectangular de la piscina para que la misma sea de utilidad tanto para el baño y fines lúdicos, como para la disputa de pequeñas competiciones, cursos y otras actividades acuáticas que puedan presentarse». Ahora, solo queda colocar unas tumbonas y posteriormente instalar algunos elementos que proporcionen sombra y los trampolines.
Aún sin piscina infantil
Lo que sí que ha quedado pendiente es la reparación de la piscina para los pequeños, «algo que acometeremos próximamente», señala Àlex Cañas.
La intención del Ayuntamiento es convocar este mes de julio un proceso participativo para que sea el sector infantil el que se pronuncie y manifieste sus ideas de cómo desearían que fuera el diseño de su piscina.
El proyecto de remodelación fue aprobado por el anterior concejo, en diciembre de 2022. Esta fue inicialmente presupuestada con 660.000 €. Pese a que las obras, iniciadas un año más tarde, se han completado a tiempo para el inicio de la temporada alta, aún no se han iniciado las obras de la zona infantil.