La granza de la playa de La Pineda procede de la industria petroquímica de Tarragona. Así lo afirmaron ayer en una rueda de prensa la entidad Good Karma Projects, que lleva más de tres años recopilando muestras e investigando la extraña presencia de estas bolas milimétricas que aparecieron en diciembre de 2018 tras el paso de un temporal.
La llegada de esta contaminación de microplásticos creó revuelo entonces porque nadie se hacía responsable del vertido y nadie era culpable de aquellos plásticos que no solo dañan la imagen turística de La Pineda, sino que también forman parte del riesgo de adulterar la cadena trófica de las especies. El caso se puso en conocimiento de las autoridades: Ayuntamiento, Agència Catalana de l’Aigua (ACA), Port de Tarragona, Associació Empresarial Química de Tarragona (AEQT) para esclarecer aquel vertido.
La teoría del mar, rechazada
Con el paso de los meses, y con la llegada de nuevos temporales, la presencia de pellets no disminuyó y ante esta contaminación constante se denunció al Seprona de la guardia Civil y se puso en conocimiento de la Fiscalía, sin que nadie pudiera poner nombre y apellidos a los responsables del vertido de plásticos.
Mientras todo el mundo se desentendía de la culpabilidad de esta granza, Good Karma Projects seguía recabando información y aunque tenía sus sospechas e hipótesis, hasta ayer no hizo públicas sus conclusiones, aunque sin señalar el nombre del culpable.
El estudio ha concluido que la granza no procede del mar, sino que ha llegado allí procedente de los cauces de barrancos y del río Francolí. Las muestras localizadas hasta 20 kilómetros mar adentro son evidencias de que con las lluvias torrenciales de otoño y las corrientes en el mar, terminan o en la playa de La Pineda o a aguas abiertas, llegando a las costas de Mallorca y Menorca. Precisamente, Good Karma Projects zarpó ayer con un velero hacia las Baleares para recoger granza y comprobar si ésta procede de las costas tarraconenses.
Difícil precisar el origen del vertido
Las muestras recogidas de granza en los cauces de rieras y del río coinciden en la proximidad de la industria química, por lo que la entidad (que recibe el apoyo de la Surfrider Foundation Europe) tiene claro que el polígono petroquímico tarraconense tiene mucho que ver con estos microplásticos.
Pero aunque está claro que la granza que se fabrica aquí es la que termina en la arena de la playa, nadie puede señalar al culpable del vertido. El presidente de la ONG, Jordi Oliva, explicó que «dentro de la cadena hay este fallo que termina en la pérdida de los pellets, pero es difícil encontrar donde se produce el fallo».
El alcalde de Vila-seca, Pere Segura, quiso estar presente en este evento donde se mostraban las conclusiones y se presentaba el proyecto de investigación hasta las Baleares.
Segura apoyó la iniciativa y fue el primero en tener claro que se debe investigar y buscar allí donde falla esta cadena entre la fabricaicón y el consumidor. Admitió que le hubiera gustado más compromiso de las químicas desde el primer momento, pero remarcó que es compatible la industria y un litoral sostenible, aunque sí hay que ser meticulosos para que un sector no altere al otro.
AEQT es el primero en desear resolver el enigma
La Associació empresarial Química de Tarragona (AEQT) es conocedora del informe de Good Karma Projects y aseguró que «trabajamos conjuntamente para acabar con la presencia de la granza e el medio ambiente».
Desde la patronal se remarca que ellos son productores y responsables en este punto de la cadena de valor, pero los pellets pasan por otras manos: transformadores, recicladores, logística... y que los vertidos pueden estar en cualquier punto de esta cadena. Para poder certificar una producción segura, las empresas de la AEQT tienen un manual de buenas prácticas y han concertado con Good Karma Projects visitas para que ellos mismos comprueben las medidas de seguridad activadas para evitar los vertidos.