La Dirección General de Costas del Estado instalará escaleras de madera en todas las entradas a la playa de Altafulla para garantizar la seguridad en su accesibilidad. Este es el acuerdo al que llegó el Ayuntamiento con el organismo estatal en la última reunión mantenida para abordar la problemática a la que se expone la playa altafullense cada vez que hay un temporal.
En este encuentro, que se llevó a cabo el pasado martes día 12 de septiembre, se evidenció, según explica el coalcalde de Altafulla, Jordi Molinera, que «en el tramo central del paseo Botigues de Mar, la playa queda a un metro y medio de altura por debajo del paseo, por tanto, por mucho que se aboque arena, ninguna de las aportaciones que se hagan durarán lo suficiente como para mantener la playa en buen estado». Así, para garantizar la seguridad en los accesos a la playa –ahora hay que salvar una caída de este metro y medio en la que, además, hay rocas–, «existen otras soluciones que van más allá del hecho de aportar arena».
Una de estas soluciones es la que finalmente se ha acordado: quitar los rompientes que hay en el paseo y sustituirlos por escaleras de madera. Éstas quedarán cubiertas por la arena, manteniendo el mismo nivel entre el paseo y la playa, y se descubrirán en función de los cambios de nivel que sufra la playa, garantizando así el poder acceder a ella sin poner en riesgo la salud.
Según el coalcalde, «Costas nos ha comunicado que intentarán instalar las escaleras dentro del último trimestre de este año, pero esto dependerá de los trámites que deben hacerse para que puedan empezar las obras». La voluntad, tanto del Ayuntamiento como del organismo estatal es, por encima de todo «garantizar el acceso seguro a la playa, sea cual sea la época del año en la que estemos». Finalmente por ahora, apunta Molinera «se hará una prueba en dos entradas a la playa».
Reponer arena no sirve
Hasta ahora, el recurso al que se había recurrido cada vez que un temporal se engullía la playa era el de aportar miles de metros cúbicos de arena para recuperarla, una solución que nunca ha llegado a ser definitiva. En este sentido, Molinera recuerda que «la última que se hizo, en junio, fue la más grande de los últimos 10 años y no duró ni una semana». El coalcalde reconoce que «los técnicos de Costas del Estado ya nos han advertido que las reposiciones tienen un coste demasiado elevado por el tiempo que aguantan», con lo que «hay que admitir que esta no es la solución».
