A finales de octubre empezaban los trabajos previos y a inicios de noviembre se cortó el paso a los vehículos para realizar las obras de peatonalización de la segunda mitad de la calle Carles Buïgas en Salou. Tal como ha comentado el alcalde del municipio, Pere Granados, la remodelación «avanza a buen ritmo y prevé estar lista a finales de 2024».
En la primera fase del proyecto ya se peatonalizaron unos 600 metros y se eliminó el tráfico rodado para darle prioridad a los viandantes.
Este primer tramo comprendía desde el inicio de la misma avenida, junto con la plaza de la Font Lluminosa y la Avenida Andorra, hasta llegar a la calle Murillo. Ahora llega el turno de transformar el tramo que va desde la calle Murillo hasta la calle Torremolinos, lo que serán unos 800 metros.
Actualmente, los trabajadores se encuentran sacando el asfalto y ya llevan media calle levantada, lo que hace indicar al consistorio que todo avanza según lo previsto. «Esperamos que este buen ritmo continúe y que pronto pueda estar la obra terminada». De momento, han dejado las aceras para que se pueda seguir pasando a pie por esa calle.
Granados también ha querido recalcar «la importancia que tiene el proyecto para el municipio», debido a que se encuentra «en una zona clave». «Se trata de una ganancia muy grande para mejorar la calidad de vida de los residentes, los turistas que nos vistan y también ayudará a los comercios», asegura el alcalde.
Según han confirmado, el plan es que la remodelación pueda estar lista en un año, lo que implicaría seguir en obras durante el verano.
La intención es no parar las obras durante la época estival, pero sí adaptarlas para «crear las menores molestias posibles», de esta manera la gente podrá pasear por esa zona y los comercios podrán continuar su actividad con total normalidad sin verse afectados por ruidos y escombros.
Obras en verano
«Se trabajará únicamente en esos puntos donde no se genere ningún inconveniente sin causar ninguna problemática y menos en la zona donde se encuentran los hoteles, porque nos piden que no haya ruidos ni molestias cuando la gente venga de vacaciones», explica Granados.
Desde el consistorio han calificado el proyecto como uno de los más importantes del municipio en la actualidad, debido a la importancia que tendrá para personas, vehículos y negocios.
La partida definitiva ha tenido un coste de unos 4,5 millones de euros, 3 de los cuales proceden de los fondos Next Generation.
Estos fueron concedidos al municipio como parte de una convocatoria extraordinaria para mejorar la sostenibilidad de los destinos turísticos.