Eduard Rovira no se inmutó ayer al ser preguntado por el descenso de votos y concejales. «Lo de 2019 fue inusual: una alta participación y un reparto electoral que se fue a PSC, Ciutadans y ERC. Esta vez ya no era posible con un descenso de votantes», explica el alcalde republicano.
Rovira considera buenos los resultados viendo lo que ha sufrido ERC en otros lares.Con la victoria en votos y concejales, su equipo tiene la llave para gobernar. Los candidatos son varios: PSC, Junts, Alternativa, CUP. Solo quedan fuera de la quiniela PP y VOX. «Hay puertas abiertas», explica sin dar pistas de las alianzas posibles. Asegura estar tranquilo y satisfecho por el trabajo realizado y la idea es continuar al frente del consistorio, aunque esta vez acompañado de otras formaciones.
La tranquilidad de Rovira la obtuvo al final del recuento. ERC ganó por 115 votos al PSC que recuperó empuje y quedó a las puertas de la victoria. La ley D’Hont dejó a la formación de Valeriano Pino con un sabor «agridulce», admite. «Queríamos y ofrecíamos un cambio y este esfuerzo no ha podido plasmarse para poder tomar las riendas de las negociaciones», explica.
El PSC ya ha sido socio de ERC en la legislatura anterior a esta que llega a su fin. Pero ofreciendo cambio al gobierno republicano, el pacto no parece fácil de argumentar entre las dos fuerzas más votadas. Pino es consciente que ERC debe llevar el peso de las negociaciones y ofrecer pactos. Y ellos estar a la espectativa.
De momento, el único punto en común de los dos partidos más votados es que lamentan el escaño que ha obtenido VOX.
Precisamente, VOX es una de las novedades de esta próxima legislatura. Javier Ramírez (exCiutadans) logró 546 votos y con ello un concejal. También tienen representación Núria Gómez (PP) que vuelve al consistorio y Antoni Sacristan bajo las siglas de la CUP .
Dentro de las novedades está la renovación de caras en Junts con Xavier Suàrez y Jovita Baltasar y la entrada en el consistorio de Carles Fuxet cbajo las siglas Alternativa. Fuxet.