Las grietas y desperfectos en las canalizaciones de agua de El Vendrell suponen una hemorragia que es difícil de detectar ‘in situ’ pero que se traduce en un coste económico y en una pérdida de un bien que será cada vez más escaso y que puede poner en riesgo el suministro para la población.
Cortar esa sangría es una prioridad para evitar fugas que en El Vendrell están localizadas principalmente en dos puntos. Uno de ellos es la canalización desde el depósito a través de Camí dels Molins, en el términos de Santa Oliva.
Por esa canalización se pierden hasta 17 m3 a la hora. Eso son unos 17.000 litros. Son menos de los que se perdían en 2021, cuando las fugas suponían unos 30 m3 (30.000 litros), como ha explicado e concejal de Aguas, Alfons Herrera. Identificar esas fugas es complicado porque las canalizaciones son muy profundas y pasan por zonas de campos, lo que hace difícil detectarlas.
El coste
Ahora se abordará la que es una de las principales sangrías de agua en El Vendrell con una inversión de 1,8 millones para remplazar la canalización desde el depósito.
El proyecto ya está en trámite y aclaradas las gestiones con el Ayuntamiento de Santa Oliva por el trazado por caminos públicos. Queda aclarar el proyecto con un particular por cuya finca pasa la canalización.
Herrera señala que se llegará a un acuerdo antes de iniciar un proceso de expropiación. El Ayuntamiento de El Vendrell contempla desplazar las canalizaciones al límite de la finca para evitar la afectación por el centro en el caso de reparaciones.
Recurso escaso
Sellar las fugas debe preservar un recurso que se espera que cada vez sea más escaso. En este sentido en El Vendrell hay otros proyectos hídricos para garantizar el suministro y evitar las pérdidas. Hay que recordar que el agua de la depuradora no se puede usar ni para regar calles por la elevada salinidad que presenta.
Entre otras obras previstas destaca la construcción de un nuevo depósito en la zona de Nou Vendrell. Para esta obra se está a la espera de la llegada de un depósito provisional antes del derribo del actual.
También se hará una quinta conexión del agua del Ebre en la zona norte del municipio ya que las actuales nutren a la zona sur. La nueva conexión iría directamente al depósito de la zona del Tomoví y que está apunto de licitarse.
Evitar las fugas, además de frenar el desperdicio de agua también ha de impedir un sobrecoste de unos 600.000 euros al año por un agua que se pierde pero que repercute en el recibo de los vecinos.
Los grupos de la oposición en el Ayuntamiento reclama seguir invirtiendo en evitar fugas y hacer un seguimiento para una eficiencia hídrica.