La central nuclear Vandellós II (Tarragona), perteneciente a ANAV (Asociación Nuclear Ascó-Vandellòs), ha realizado hoy un simulacro anual, conforme a los requerimientos establecidos en su Plan de Emergencia Interior (PEI), con la participación de la Organización de Respuesta ante Emergencias del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y de la Subdelegación del Gobierno en Tarragona.
El ejercicio se ha iniciado a las 9:55 horas de este jueves 11 de mayo con un aviso de la central por una pérdida completa de suministro eléctrico exterior y la detección de un incendio que habría imposibilitado el uso de los equipos de seguridad disponibles en el Centro de Apoyo a la Gestión de Emergencias (CAGE).
Adicionalmente se habría producido una rotura en el sistema de refrigeración que junto con la pérdida de los equipos de mitigación ha provocado el deterioro del núcleo del reactor. La contención se habría mantenido íntegra y la presión estable en su interior, evitando la liberación incontrolada de radiación al exterior. Durante el ejercicio se ha simulado la extinción de un incendio, la atención de un herido y de personal contaminado, así como la pérdida de uno de los centros de reunión en los que se concentran los trabajadores en espera de instrucciones.
El CSN ha recomendado al Centro de Coordinación Operativa (CECOP) de la Subdelegación del Gobierno, la evacuación y preparación de profilaxis radiológica del perímetro de 10 kilómetros de la central (zona I, tanto por vía terrestre como marítima) y el confinamiento y preparación de profilaxis radiológica de todos los municipios cuyo núcleo estuviese completamente comprendido en el área de 10 a 30 kilómetros (zona II), así como los perceptivos controles de accesos establecidos en el Plan de emergencia nuclear de Tarragona (PENTA).
El titular de la central ha llegado a simular la declaración de alerta de emergencia (categoría IV) de su Plan de Emergencia Interior (PEI). Por su parte, el CSN ha activado su Organización de Respuesta ante Emergencias (ORE), llegando hasta el modo 3, que implica la activación ampliada de los grupos operativos de su Sala de emergencias (Salem).
Un suceso de esta naturaleza habría sido clasificado como nivel 3 en la Escala internacional de sucesos nucleares y radiológicos (INES), cuyo máximo es 7.