Poner en marcha en la entrada de Cambrils un nuevo centro de día para atender a enfermos de alzheimer no será fácil. Los Germans de La Salle han cedido a la Associació de Familiars de Malalts d’Alzheimer Costa Daurada un edificio, junto a la N-340, para que pueda desarrollar su proyecto. Tiene unos 300 metros cuadrados y ofrece muchas posibilidades. Pero la entidad se ha topado con un escollo difícil de superar: el dinero. Según explica la coordinadora del centro, Carmen Barros, calculan que necesitan al menos unos 10.000 euros para rehabilitar el edificio –que se encuentra en muy mal estado– y poner en marcha el servicio aunque sea parcialmente. De momento se están acercando a los mil, por lo que organizan distintos actos abiertos a la ciudadanía con la voluntad de recaudar los 9.000 euros necesarios para realizar las obras.
Según apunta Barros, su idea era iniciar los trabajos en febrero de 2016. Pero el tiempo apremia. «Se ha caído un muro de contención por culpa de la humedad. Cuanto más tardemos, más costosa será la intervención», insiste.
Sólo tienen 900 euros
La coordinadora del centro explica que el Ayuntamiento de Cambrils les ha otorgado una subvención de 299,14 euros, y que en el evento teatral que celebraron hace algunas semanas recolectaron unos 600 euros. «Seguiremos organizando campañas y buscando recursos económicos», insiste Barros. Asimismo, el día 12 de diciembre llevarán a cabo un mercadillo navideño en Vinyols i els Arcs –el centro estará en su término municipal– y el día 13 preparan otro evento en la misma población, con teatro y música, además de una exposición de pintura, entre otras iniciativas. Paralelamente, desde la entidad se han puesto en contacto con empresas y obras sociales para tratar de conseguir la liquidez que les falta.
La Associació de Familiars d’Alzheimer Costa Daurada se creó en 2013 y ha pasado por varios emplazamientos. Empezó con sede provisional en el Casal de la Gent Gran, y en 2014 se trasladó a Vilafortuny. Allí fue consolidando su actividad y puso en marcha un centro de respiro, con horario de mañana o de tarde. «Hacíamos talleres de memoria, de musicoterapia y muchos otros, pero los usuarios se iban, cuando existía la demanda de poder estar todo el día», insiste Barros. El nuevo centro de día, pues, pretende ampliar el servicio y cubrir el vacío existente.
