La batería de contenedores está a unos 80 metros de distancia. Con contenedores para todo tipo de residuos si, además, se es lo suficientemente cívico como para hacer una separación que permita el reciclaje.
Sin embargo un vecino descarta llegar hasta los contenedores con sus basuras y las tira en la puerta de un edificio, a veces de un establecimiento. Que para eso paga impuestos, suele ser la respuesta de los incívicos.
Pero los residentes del edificio, como en otras muchas zonas de Calafell, sufren el incivismo de quienes tiran la basura donde se les antoja.
«No es la primera vez», explican. «Pasa casi a diario» y tienen sospechas de quien es el infractor.
750 euros
El Ayuntamiento de Calafell coloca en esos residuos fuera de su lugar unos carteles que indican que hay una sanción de 750 euros. Pero los vecinos afectados por la suciedad de otros se preguntan si realmente esas sanciones llegan a ponerse.
Porque es difícil cazar ‘in fraganti’ al infractor. Otra solución sería abrir las bolsas por si puede haber algún documento que de pistas sobre quien ha dejado las basuras allí. El Ayuntamiento asegura que ya se ha hecho y que las sanciones se cobran.
En esa zona del núcleo de la playa de Calafell había contenedores, pero se retiraron para evitar una imagen de suciedad porque también había quien dejaba las basuras junto a los depósitos. Y porque las baterías de contenedores están sólo a unos 80 metros.
Mano dura
Quienes sufren la situación piden mano dura y que los responsables paguen las multas, pero para ello se requiere de más inspección y control en las zonas más afectadas.
El problema de ese incivismo se repite en muchas zonas. Ahora se teme la llegada del verano ya que algunos de los que llegan a sus segundas residencias parece que hacen limpieza de mobiliario y trastos y dejan las basuras en cualquier sitio. Que para eso pagan impuestos, suelen decir.
