La situación de sequía ha llevado a los límites de resistencia a miles de hectáreas de viña, olivos y algarrobos del Baix Penedès.
Varios años ya de falta de lluvias han motivado que los agricultores comiencen a plantearse dejar los campos.
Según explican hace meses que están recibiendo muchas ofertas de empresas instaladoras de placas solares para colocar los paneles en sus fincas, lo que sería una puntilla final a la agricultura de la comarca.
Millones de litros al mar
Sin embargo la paradoja es que la comarca tira al mar millones de litros de agua de las diferentes depuradoras. Sólo de las de Santa Oliva son 15 millones de litros y de la de Calafell llegan al mar 10 millones de litros que no se aprovechan.
Con el objetivo de intentar aprovechar ese agua para un riego de subsistencia, diversos agricultores de la comarca impulsaron la creación de una comunidad de regantes.
Ya pidieron a la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) disponibilidad de ese agua que ahora llega al mar a través de rieras y torrentes y que no se aprovecha mientras los campos van secándose.
La Agència Catalana de l’Aigua habría concedido ese suministro pero faltan las infraestructiras
Indaleci Grau, agricultor de El Vendrell y uno de los impulsores de la comunidad de regantes, explica que el agua estaría concedida, pero es necesario construir una serie de infraestructuras para poder almacenarla y distribuirla por las fincas.
Serían una serie de depósitos en las zonas más elevadas de la comarca y que por gravedad a través de canalizaciones llevarla a los terrenos agrícolas.
Para ello es necesario el apoyo de los ayuntamientos a la hora de planificar su urbanismo para tener en cuenta el paso de esas canalizaciones. Los agricultores también pagarían una parte de esas infraestructuras.
Municipios como Sant Jaume dels Domenys, que es el que tiene más superficie regable, además de Santa Oliva, Albinyana , Banyeres o El Vendrell, ven con buenos ojos esa iniciativa.
Pero hay que activarla con urgencia. El problema es que deben arreglarse colectores que ahora presentan fugas y deficiencias. En total son cuatro colectores.
El ACA ya ha comenzado los trabajos y la previsión es poder reparar uno cada año. Es un tiempo excesivamente largo para el estado de los campos, por lo que los agricultores reclaman más agilidad.
Se vierte al mar mucha más agua de la que necesitarían los terrenos de plantas leñosas de la comarca
Con el agua que ahora se tira al mar se cubren de largo las necesidades de riego de plantas leñosas de la comarca (olivo, algarroba, viña) donde hay 4.800 hectáreas. Con el agua que se tira al mar podrían regarse entre 5.000 y 10.000 hectáreas.
Pese a que la depuradora de Santa Oliva puede generar un agua muy salina ya que depura las aguas de la zona costera de El Vendrell, para los agricultores no supone un problema ya que puede mezclarse para reducir esa carga de salinidad, además de que hay plantas que permiten un cierto nivel.
Grau explica que los agricultores están dispuestos a desarrollar esas infraestructuras para la resistencia de la agricultura en el Baix Penedès. «De lo contrario el futuro es ser el almacén de las mercancías de Barcelona y ser exclusivamente logísticos».
Los agricultores reciben ofertas para instalar placas solares en sus terrenos, pero hasta ahora las rechazan
La falta de relevo generacional, los bajos precios que reciben los agricultores, la presión urbana y logística arrinconan a la agricultura, pese a que tanto durante la pandemia o la guerra de Ucrania se ha demostrado la necesidad de que los territorios deberían asegurarse su producción de alimentos.
«En algunos momentos nos hemos tenido que oír que los agricultores del Baix Penedès tendremos que dejar las tierras para naves logísticas y que serenos camareros en la costa».
Pero se resisten y por eso piden el agua que ahora se tira al mar. Tampoco quieren oír hablar de dejar sus campos para instalar placas solares. «Queremos ser agricultores».
«Vemos pasar por nuestros municipios el agua que necesitamos y que va al mar sin que se le de un uso». Porque los torrentes son históricamente desagües y no requieren de un caudal ecológico.
