La iglesia de Sant Jordi, en Cap Salou, pasará a manos del Ayuntamiento de Salou. Así lo anunció el alcalde, Pere Granados, en el último pleno ordinario, a preguntas de la oposición. El templo es propiedad del Arquebisbat de Tarragona y se construyó hace 40 años para dar servicio a la antigua urbanización Núria y especialmente enfocada a la demanda de turistas. Hacía ya mucho tiempo que esta iglesia, la tercera católica del municipio, se encontraba cerrada al público.
Desde el Arquebisbat han confirmado al Diari que ese es el motivo por el que se desprende ahora de la iglesia, después del interés mostrado por el consistorio salouense para adquirirla. El año 2018 se dejaron de celebrar misas en el templo y desde entonces se había cedido su uso a Càritas.
Aunque las negociaciones con el Ayuntamiento están en un punto «muy avanzado», desde el arzobispado apuntan que falta formalizar la operación. «Hemos llegado a un acuerdo y ahora tiene que hacerse todo el trámite administrativo para que pase a patrimonio municipal», detalló Granados en sesión plenaria.
Actualmente, los técnicos municipales están tramitando los informes de valoración pertinentes para hacer efectiva la opción de compra sobre el inmueble. En el plan de inversiones aprobado dentro del presupuesto municipal de 2025, ya se ha consignado una partida de 450.000 euros para esta adquisición. Por ahora, desde el Ayuntamiento no concretan a qué usos destinará este espacio en el futuro.
La iglesia de Sant Jordi se construyó en 1982, a medio camino entre Salou y La Pineda, para dar respuesta a la creciente demanda de espacios de culto por parte del pujante turismo que visitaba la Costa Daurada. El padre Jordi Rossell se encargó de potenciarla en los primeros años de actividad. Era una época, recuerdan desde el Arquebisbat, donde se llegaban a celebrar más de 30 misas los fines de semana de verano entre las tres iglesias de la ciudad.
El edificio se encuentra en uno de los puntos más elevados de Cap Salou, cerca de la carretera del Far, y en un entorno natural rodeado de pinos. Hace unos años, el Ayuntamiento aprobó un proyecto para la urbanización de este ámbito, con la recuperación ambiental de 2 hectáreas de zonas boscosas y la construcción de nuevos accesos y una plaza frente a la iglesia, hoy rodeada de vallas. Este desarrollo urbanístico iba de la mano de un proyecto hotelero de la cadena Best Hotels, todavía pendiente de construcción.
Traslado de las obras de arte a la iglesia de Santa Maria del Mar
Desde hace unos meses, el Arquebisbat de Tarragona ha ido vaciando la iglesia de Sant Jordi, sin usos religiosos desde hacía seis años. Salvo las puertas monumentales, el resto de obras de arte se han trasladado a la iglesia de Santa Maria del Mar. Allí ya lucen algunas de las obras sacras que se habían instalado en el templo de Cap Salou. Es el caso de la escultura de Sant Jordi, obra del herrero vilasecano Antoni Mas.
La iglesia se inauguró en 1982 y la decoró Mossèn Joan Curieses Garcia, cura y escultor. Curieses es, de hecho, uno de los principales exponentes de arte religioso contemporáneo en Catalunya. Suyo es el retablo mural de Sant Jordi que había en la iglesia de Cap Salou, elaborado en barro, y que también se ha desmontado y trasladado a Santa Maria del Mar. En el templo únicamente ha quedado el altar, que se retirará una vez se formalice la operación de compraventa.