Para cualquier amante del mercado de segunda mano, darse una vuelta por el Pleamar Vintage Market de Altafulla es una cita obligada. Quien no lo hizo ayer, hoy tiene la imperdonable ocasión de acercarse hasta el parque Voramar altafullense, en la misma línea de playa, para sorprenderse de la amplia oferta. Como sucedió ayer, con el recinto a rebosar de gente de la zona y de otras latitudes, hoy se prevé un lleno de gente dispuesta a pasear, ver y comprar, si se tercia, en un certamen que se ha erigido como referente del mercado retro en la Costa Daurada.
«Hay que ver cómo ha crecido la muestra, comparado con las primeras ediciones», sostiene Montse Virgili, de la Riera de Gaià, que no suele faltar a la cita y se daba ayer una vuelta con la familia. Y es que en la presente edición, el parque Voramar acoge hasta 70 paradistas de proximidad –una veintena de ellos son del mismo Altafulla– que ofertan lo más variopinto y hasta, a veces, inverosímil.
Buen sol y suave brisa marina son los mejores aliados para solazarse, sin prisas, de todo cuanto se expone. Ropa y vestidos para hombre y mujer, gafas de sol, con monturas bien llamativas, libros, cartelería, calzado convencional y deportivo, diversidad de complementos, objetos de decoración, juguetería, cerámica, cristal y una amplia oferta de antigüedades y brocantería, sin olvidar los food trucks y barras, para comer y beber.
Josep y Mònica, una pareja de mediana edad de Manresa, que pasa las vacaciones de Semana Santa en nuestra costa, se mostraban sorprendidos «por la gran variedad de artículos y objetos» y, pese a no declararse compradores habituales, salieron con un bolso bajo el brazo.
Capítulo aparte merece el mercado de los vinilos, con hasta media docena de puestos. Àngel Querol, de Firadisc, ha acudido un año más a la cita, con su puesto de venta de discos, el cual asegura que «el vinilo está de moda, como si de novedad se tratara y, paradójicamente, es el público joven el cliente potencial que se interesa por la música de The Beatles o The Rolling Stones, por citar un par de ejemplos». Juventud que en el Pleamar Vintage de Altafulla no cesa de hurgar en busca de su música favorita, en un claro resurgir, facilitado por las prestaciones de las nuevas tecnologías.
No se puede obviar el apartado del coleccionismo, las antigüedades y brocantería, el cual tiene un público muy avezado en ello, pero que expone algo llamativo para cualquier persona que se detenga ante el mostrador. Natividad Belmonte y su marido, Juan Manuel Nadal, de Barcelona, es la primera vez que acuden como vendedores a la feria. Comentan que han venido «por las buenas referencias que nos han llegado desde el calendario de ferias de este tipo, que dispone nuestro gremio». Natividad añade que «es pronto para valorar las ventas, pero el ambiente, el espacio y la concurrencia de público son extraordinarios».
Esta mañana, justo al lado, en la plaza Consolat de Mar, habrá clases a cargo de Tgn Swing y, al mediodía, pinchadiscos con Marco Ecléctico. Por la tarde, Dj Dabeat, el grupo The Gloosters y Los Rencards (pop de los 60).