Cuando los árboles tapan (y ensucian) la joya monumental de El Vendrell

El monumento a los castellers apenas luce debido a los ejemplares que lo rodean

17 diciembre 2019 18:15 | Actualizado a 17 diciembre 2019 18:25
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El monumento a los castellers del escultor Josep Cañas (1905-2001) y que está en El Vendrell, es una de las obras más singulares del artista de Banyeres. 

Pero esa obra de 200 toneladas piedra de Ulldecona, que levanta un quatre vuit, queda bajo copas de los árboles y con su piedra afectada por la suciedad.

Primàries de El Vendrell denuncia la escasa consideración hacia la obra. Pide que se haga «una poda y se retiren los chopos para que el monumento luzca». Como merece la obra, Cañas y  la localidad.

El concejal de Primàries, Josep Maria Llasat, recuerda que en 2020El Vendrell será Capital de la Cultura Catalana. «El momumento más destacado y el más grande dedicado a los castellers no se ve porque está tapado por los árboles». Y con su piedra ennegrecida por la suciedad de los árboles.

Además del valor cultural, la obra tiene un gran significado humano para El Vendrell. Muchos vecinos y la colla castellera de los Nens ayudaron a coronar el monumento después de que ante la tardanza para acabarla, Cañas amenazase con tirar las piedras por la montaña. 

La obra se hizo por partes de manera desesperadamente lenta. En 1969 fue la inauguración del pie con la pinya y medio cuerpo de los primeros castellers. Los cuatro pisos restantes estuvieron hasta 1973. En junio de 1976 el monumento pudo coronarse.

El origen del monumento parte de 1935 cuando Cañas coincidió en Londres con Pau Casals. El escultor explicó al violoncelista que en su taller de Barcelona tenía un modelo de 7 metros en yeso que mostraba un castell.  Ambos se entusiasmaron en llevar a piedra la obra, pero la Guerra Civil dinamitó el proyecto. 

Tras la contienda el escultor recibió el encargo de hacer un Pilar de Cinc en Vilafranca y el Monument a la sardana en Montjuic. Pero el constructor Frijola conoció el proyecto del monumento a los castellers y lo trasladó a miembros de Amigos de la Unesco, que se sumaron al apoyo.

 

El gobernador de Tarragona quiso impulsar un monumento a los castellers y Cañas fue llamado al Ayuntamiento de El Vendrell. Amics de la Unesco pagó otra parte y se hicieron  25 reproducciones en bronce que se subastaron. Pero entre otras contrariedades se clausuró el local de Amics de la Unesco.  

El escultor temía no poder acabar el monumento. Fue cuando amenazó con tirar las piedras ya esculpidas por la montaña del Ordal. La amenaza caló en la colla Nens del Vendrell que se ofreció a colocar las piezas que faltaban para completar la obra. Y se preparó el acto. 
Fueron los castellers y el pueblo quienes cortaron la cinta en 1976. Cuando Cañas vio en lo alto el enxaneta de piedra se emocionó.  El día que  pudo coronarse la obra, el propio escultor Josep Cañas, entre lágrimas dijo: «Ahora ya me puedo morir».

Cañas escogió el lugar donde plantar el monumento. Fue en el límite del término de El Vendrell, en un punto que era Coma-ruga. Al pie de la N-340 y el tren para que fuese muy visible.

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