Nada vale. Nada sirve. Y nada convence. Al contrario. En esta tesitura se encuentra Marta, la mamá de un niño de P3 (nota aclaratoria: estos peques tienen entre 2 y 4 años, dependiendo de su mes de nacimiento) de Torredembarra que cada día tiene que tomar la misma mala decisión para llegar al cole: O bien pegarse literalmente una pateada de 1 hora o bien subirse al bus urbano y hacer un recorrido de tres cuartos de hora para llegar 20 minutos tarde a la puerta del centro. Si a esto le añadimos, además, que Marta está embarazada de 37 semanas, la situación se complica hasta el punto de ser insostenible.
«Nosotros y dos familias más tenemos el cole -el Antoni Roig- a 2 kilómetros de casa», explica Marta. No es por voluntad propia. Cuando solicitaron la plaza de sus hijos, ellos pidieron escolarizarlos en l’Antina -a dos pasos de su casa-, pero la reducción de las ratios de infantil de 25 a 20 alumnos por clase que aprobó el Departament d’Educació de la Generalitat de Catalunya, hizo que eso no fuera posible. Des del Ayuntamiento de Torredembarra se argumenta que para poder dar respuesta a la demanda de P3 de familias empadronadas en Torredembarra, los colegios Molí de la Torre y Antina redujeron la ratio a 20 alumnos, pero el Antoni Roig la ha mantenido en 25, por esto es él el que ha acogido a las familias que quedaron fuera de los otros dos.
A contrarreloj
«No entendemos qué criterio se ha seguido para hacernos ir a diario hasta el Antoni Roig. Además tanto el director de este colegio como el de l’Antina nos han asegurado que no tendrían ningún problema en trasladar y cambiar a los niños de escuela». Marta se muestra así de escéptica ante una situación que ve que, conforme pasen las semanas, irá a peor: «¿Cómo lo haré cuando nazca la niña?». Antes de que esto suceda, tanto ella como las otras familias afectadas piden una solución que, si no puede ser el cambio de centro, pase por disponer de un bus que llegue puntual al colegio.
Con todo, fuentes del Ayuntamiento aseguran que la concejalía d’Educació está al corriente de esta situación y que hace unas semanas solicitó a Educació de la Generalitat una modificación de la distribución de los alumnos de P3, de modo que la ratio de 25 se mantuviera en la escuelta Antina en lugar de en el Antoni Roig. Lamentablemente a día de hoy el Consistorio no ha recibido ninguna respuesta favorable por parte del gobierno catalán. En este punto el Ayuntamiento asegura que estudiará los horarios del transporte urbano para ver si se pueden adaptar al horario de entrada a los colegios. Aun así, por ahora ni Marta ni el resto de familias pueden hacer nada El tiempo pasa y la distancia sigue siendo la misma. Y Marta está a punto de dar a luz.