José Soria tiene un comercio de moda en la zona peatonal de Calafell. Un pequeño establecimiento de moda en el que no falta el gel hidroalcohólico, control de aforo y todas las medidas de seguridad necesarias.
«Las mismas que toma la totalidad del comercio de Calafell», señala. Pero a pesar de ello, se ven afectados por la obligación del cierre de fin de semana. «Porque en Calafell, las ventas son en fin de semana».
En las localidades costeras próximas a Barcelona el confinamiento comarcal resta visitantes y con ello ventas, lo que pone en riesgo la continuidad de muchos negocios a quienes no se perdona IBI, otros impuestos y el alquiler. A lo que hay que añadir el cierre del comercio de fin de semana que también resta pese a la permitida movilidad comarcal.
Visitantes
El Ayuntamiento de Calafell ha aprobado una moción que tiene más de reivindicación que de efectividad ya que no es una competencia municipal. Pide a la Generalitat una flexibilización de las restricciones.
La petición hace referencia al obligado cierre del comercio no esencial en los fines de semana y a las franjas de apertura permitidas para la restauración. La moción considera que suponen unos perjuicios más dañinos en localidades como Calafell que en otras de mayor población.
Abrir
Por ello piden poder abrir en fin de semana. Pero también para la restauración hay propuesta. Para este sector propone una única franja horaria tanto entre semana como en fin de semana. Plantea la posibilidad de abrir de 7.30 a 16.30, u otra franja siempre que sea en forma continua para evitar abrir y cerrar a lo largo del día.
Con ese horario el Ayuntamiento considera que puede evitarse la concentración de personas e las horas de afluencia por estar abiertos.
Sin capacidad
Sin competencias
La moción recoge la inquietud del sector comercial y de restauración. Pero el Ayuntamiento no tiene capacidad más que para trasladar la propuesta a la Generalitat.
Además de esa flexibilización, los empresarios señalan que para evitar el cierre de muchos necesitan ayudas que no llegan o son insuficientes. Y que no se les bonifican lo suficiente los impuestos municipales, en os que sí tiene capacidad el consistorio. También lamentan las condiciones de los bancos al conceder créditos para poder hacer frente a los pagos o que son pocos los propietarios de locales acceden a revisar los precios de los alquileres.