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En muchas de las cartas que van a enviarse a los Reyes Magos está la petición de un cachorrito. Pero hay que ser consciente de la responsabilidad que exige tener un animal. Los cuidados que reclama, el coste que supone y que con el tiempo crece y debe ser uno más de la familia.
En todo caso, si el convencimiento es firme, hay que señalar que las protectoras están llenas de perros que esperan una oportunidad para ser adoptados. Con animales adecuados para todo tipo de familias.
A principios de año en Calafell abrirá el nuevo centro de acogida que se ha construido en la zona del parque empresarial. Es una instalación de 1.000 metros cuadrados con una capacidad para 70 perros con 67 alojamientos individuales y dos espacios para cuarentena.
Acompañar
Además de recoger y atender a los perros abandonados impulsará iniciativas para preparar a los animales más adecuados para tareas sociales como acompañar a personas de la tercera edad ya que permite una mejora emocional y física con ese acompañamiento.
También podrá haber otros animales adecuados como apoyo y protección de mujeres víctima de maltratos o para personas con alguna discapacidad.
Educadores aconsejarán cuáles pueden ser los más indicados para realizar esas tareas de acompañamiento y sociales y se prepararán y ofrecerán. La concejal de Protección Animal, Helena Rubio, destaca la iniciativa de proyectos de adiestramiento para acciones sociales. Se ofrecerá a los perros y se hará un estudio de las necesidades de los demandantes y de las condiciones de los domicilios para que sean adecuadas.
El centro de acogida de animales impulsará también las adopciones de los animales que se entregarán con chip y censados, además de realizar campañas de concienciación para evitar los abandonos. El objetivo del Ayuntamiento es que los voluntarios tengan un papel destacado en la gestión del centro.
Inicialmente se planteó que el centro de acogida de Calafell pudiese funcionar de manera comarcal, ante la falta de ese equipamiento. Sin embargo esa opción está descartada por el elevado número de abandonos que ya hay en el municipio durante todo el año y que hace prever que las instalaciones sólo puedan acoger animales recogidos en la localidad.
Abandono creciente
El Baix Penedès, como en todas las comarcas, el abandono de perros es un problema creciente. La condición de muchas localidades de segundas residencias y con urbanizaciones, hace que tras la temporada estival haya muchos perros por las calles.
Son municipios también de pequeño tamaño y escaso presupuesto por lo que es difícil que puedan disponer de centros de acogida.
Hace años que se plantea construir un centro de acogida comarcal, pero ese proyecto parece que ha quedado en el olvido.