Se ha hecho siguiendo ritos ancestrales. Una ceremonia que muestra el reconocimiento, satisfacción y gratitud. También para pedir buenos vientos y protección. A la nueva Francisca, pero también por la memoria de su predecesora que fue un referente para los hombres de la mar de Calafell y de hecho para todo el pueblo.
Vicente García-Delgado, estudioso de la vela latina y que ha tenido un destacado papel en la construcción de la nueva Francisca, condujo la ceremonia del bautismo.
Se recuperaron viejas ceremonias y ritos ancestrales, hoy olvidados después de haber sido transformados y utilizados por diversas culturas que precedieron al cristianismo.
Olivo, agua bendita, sal, el pan y la moneda por si hay que pagar a Caronte sus servicios
Hay que purificar a la barca con fuego y agua. Con ramas de olivo y con agua bendita. El olivo da protección, como también la sal derramada en la barca.
La cabeza de cordero en la proa
Otro ritual ancestral es el sacrificio de sangre. Sobre una piel de cordero colocada en la proa se vertió vino. Ancestralmente en esa parte de la barca se colocaba una cabeza de cordero y por ello se llama ‘cap de mort’ en las embarcaciones.
En la barca también se fija una moneda en el casco porque si todo falla por lo menos queda pagado el viaje de Caronte. Pertenece a la mitología griega.
Caronte es el barquero que lleva las almas de los muertos al Hades, donde son juzgadas para decidir su lugar de descanso. Los muertos necesitaban una moneda para pagar a Caronte por sus servicios, así que ponían una moneda para pagar sus servicios.
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La Francisca fue la barca de pesca a vela latina más emblemática de esta parte del litoral. La más grande, bonita y rápida como la definió el poeta Carlos Barral.
Pero aquella originaria Francisca quedó en el olvido y la degradación hasta desaparecer. Quedó en la memoria de muchos, en planos y algunas maquetas inspiradas en fotografías y aquellos documentos.
Para evitar que ese recuerdo también desapareciese, la Associació Vela Llatina Carlos Barral -Patí Català Calafell impulsó hacer una réplica de la que fue un símbolo del mar.
Tras años de trabajos (hacía décadas que en Catalunya no se construía una barca de madera siguiendo las técnicas más tradicionales) la nueva Francisca fue una realidad y hace unos meses regresó a Calafell.
Quedaba el acto simbólico del bautismo que se ha hecho este domingo en el puerto de Calafell. Sin el lucimiento que merecía por la lluvia, por lo que ese acto tendrá continuidad.
Como la colocación del pan a cargo de la nieta del armador.
Pero de alguna manera ahora sí que Calafell ha recuperado a la Francisca.
Con presencia de Maria Sicart y familia (Magí Sicart fue armador de la barca en los años 20 del siglo pasado) y de Astilleros Catalunya, que han realizado la réplica.
La Francisca volvió a surcar el mar de Calafell y la agrupación coral Barrala Veus interpretó la habanera que lleva el nombre de la embarcación.
La construcción de la Francisca ha seguido las técnicas de hace décadas, lo que ha alargado los trabajos. Pero la Associació Vela Llatina Carlos Barral -Patí Català Calafell tenía claro que debía ser una réplica lo más precisa y respetuosa con la original que fascinó a poetas y a pintores.
Los impulsores del bautismo destacan que «la embarcación como medio de trabajo nos da una idea de continuación del propio hogar y por eso deben conjurarse todos los peligros que puedan afectar a sus ocupantes»..