El litoral del Baix Gaià ha amanecido este martes de Sant Jordi cubierto por un manto blanco de hielo después de la histórica granizada que cayó esta medianoche. Las zonas de playa de Altafulla y Torredembarra han sido las más afectadas por la acumulación de hielo, que en puntos concretos ha llegado a concentrar un metro de altura.
Calles cortadas y vehículos dañados han sido las principales afectaciones que se han registrado en ambas localidades. Lejos de deshacerse, el granizo se ha mantenido durante toda la mañana extendido en las playas y paseos marítimos. La inédita estampa ha atraído a curiosos y también turistas que se han acercado a fotografiar una postal de ‘nieve’ en plena playa.
Mientras, los vecinos de la zona explican que no recuerdan un episodio de granizo de esta magnitud. «Aquí estamos acostumbrados a que haya inundaciones cuando llueve mucho, pero con este hielo nunca, y hace 50 años que vengo aquí», afirma Maria Isabel, que tiene una segunda residencia en la calle Via Augusta de Altafulla.
«Estuvo casi dos horas granizando, lloviendo, con relámpagos, se fue la luz... Fue horroroso y pasé muchos nervios», reconoce.
Otra de las zonas críticas por el paso de la tormenta fue en la calle Via Hercúlia, donde dos cubiertas de aparcamientos comunitarios han cedido por la fuerza del hielo y han provocado que algunos coches quedaran atrapados debajo de la sestruturas metálicas.
En una casa cercana, Ander y Andrea relatan cómo la granizada les cogió por sorpresa. «Pensábamos que estaba lloviendo, pero al salir a la terraza ya había una buena capa de granizo que lo cubría todo», cuentan mientras retiran con escobas los restos de hielo que se han quedado acumulados en su entrada.
La gran cantidad de piedra, de hecho, les ha dejado incomunicados a primera hora de la mañana. «Tenía que ir a trabajar y no he podido. Hemos salido a las 7 de la mañana, he retirado una placa de hielo enorme que tenía en el coche, pero todas las calles para salir estaban cubiertas de medio metro de hielo y no se podía circular», señala Andrea.
«Fue una hora y pico a máxima potencia, sin parar de llover y granizar, de lado a lado. Fue increíble», recuerda Pedro Torrijos, otro vecino de la zona. «Yo ya he perdido un coche y una moto aquí por las inundaciones, pero esta vez por suerte no he sufrido ningún daño, más allá de las macetas y las plantas que han quedado destrozadas», añade.
Anna, vecina de Creixell, ha bajado hasta Altafulla para ver los efectos de la tormenta de granizo y asegura que «nunca había visto algo así en la playa. Parece un paisaje de montaña, pero además con el sol que hace parece que sea de mentira».
Del total de lluvia acumulada este lunes, el Servei Meteorològic de Catalunya ha destacado los 52 litros por metro cuadrado en Calafell, 51 en Tamarit y 47 en Cunit. El teléfono de emergencias 112 registró un total de 85 llamadas a lo largo de la noche por incidencias relacionadas con la tormenta, una veintena de ellas procedentes de Torredembarra.
